«El Corresponsal en el otro lado»
Deftones – Around the fur – 1997
ARTISTAS: Deftones
TÍTULO DEL ÁLBUM: Around the fur
AÑO: 1997
No recuerdo bien su nombre, solo su apodo, la llamábamos indistintamente “Abigail” o “La Chama”, todo en honor a las telenovelas de los 90 y a su exótica cara. De apariencia inocente, sus botas Dr Martin granates bajo la minifalda, denotaban la posibilidad de ser una caja de sorpresas a punto de ser abierta.
“La chama” tenía el pelo largo, castaño con mechones rubios, ligeramente ondulados, prácticamente blancos, como ceniza que ha reposado en la hoguera tras mucho rato.
Mucho tiempo bromeamos con que detrás de esa fingida inocencia había un derroche de carácter, pero nunca pensé que fuera a sorprenderme tanto.
El caso es que una tarde de verano, al salir de clase, “La chama” me propuso salir con ella un sábado noche.
¿Por qué no? De aquellas, yo no tenía pareja y decidí que no me iría mal enseñarle a esta chica joven de apariencia inocente, alguno de los bares que recientemente había descubierto en los bajos Argüelles.
Quién me iba a decir que era ella la que me descubriría “las tripas” de la noche de Madrid.
Después de una primera cerveza rápida en El Narizotas, decidimos ir a La Fábrica. La Fábrica era un garito muy particular en Madrid, porque tenía dos ambientes claramente delimitados: planta de arriba rock alternativo; planta sótano, música house (“bakalao” en los 90, ya sabéis…).
Por supuesto, nos quedamos en nuestro ambiente: música alternativa a altos decibelios.
La primera sorpresa, me la dio el camarero al devolverme cambio de 5.000 pesetas cuando le había pagado con un billete de 1.000…. La noche se presumía larga….
La segunda fue cuando, tras algunos copas y chupitos, y entre decibelios resonando en nuestras cabezas, ella se acercó casi susurrando en mi oído “que no entendía por qué no me había fijado en ella, que por qué no me gustaba, qué tenía que hacer para que le prestara atención…..”
La tercera sorpresa, fue mi primer beso con ella: lento, intenso, húmedo, disfrutado como quien prueba por primera vez un dulce del que no quiere que el sabor escape de su boca.
Sonaba “Be quiet and drive”, de los Deftones, y la sensación de borrachera era brutal no tanto por el alcohol, como el volumen de la música, la oscuridad del garito y la mezcla de susurros y besos de ella. Mientras me abrazaba como si no quisiera que escapase de allí, seguían sonando Deftones, Pantera, Rage, Candlebox… y pasaban las horas.
La última sorpresa me la dio La Chama cuando decidimos continuar fuera de allí el sábado y decidió llevarme a otro garito, La Criatura.
La Criatura hacía honor a su nombre, un local lleno de gente con pelo largo, camisetas negras, piercings por todas las partes imaginables, y música altísima, aún más oscura. NO exagero si digo que el aseo masculino era la prueba de que el nombre del bar era el correcto, pues en lugar de urinarios, tan solo había una pared de piedra erosionada por la micción de miles de melenudos.
Allí fue donde La Chama me presentó a su novio, que regentaba el bar junto a otro melenas, y que tenía al menos 10 años más que ella, camiseta negra de tirantes, barba fina recortada y piercings en nariz, lengua, labios y quién sabe dónde más…
En ese momento entendí que, el divertimento del sábado, no había sido ella para mí, sino yo para ella y allí les dejé a ambos Inocencia y Melenas, mientras regresaba a casa en los búhos. De La Chama, no volví a saber nada, pero decidí recordarla como aquella noche, comprándome toda la discografía de los Deftones y del que, por esta historia, me quedo con Around the Fur.
Antonio López – El Corresponsal en el otro lado
Chulísima la crónica. La Chana te la jugó, pero te dejo a los Deftones.