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“La ciudad que aprendía a soñar”
Flash Strato – Madrid En Tecnicolor -1983

GRUPO: Flash Strato
TÍTULO DEL ÁLBUM: Madrid En Tecnicolor
AÑO: 1983

La ciudad que aprendía a soñar

“Madrid en tecnicolor”, de Flash Strato, es una de esas joyas perdidas de la primera edad dorada del pop español. Una pieza que vibra con el pulso de los ochenta madrileños, cuando la ciudad se miraba en el espejo y descubría que podía tener mil colores.

Flash Strato no fue un grupo de escaparate. Eran calle, electricidad y entusiasmo. En directo, como ellos mismos recuerdan, “no éramos tan pop, éramos mucho más potentes”. Su sonido tenía filo, venía de la energía del local de ensayo y del rugido de Rock-Ola, más que de los filtros del estudio.

La canción fue compuesta por Carlos Vega, hermano de Antonio Vega, y esa conexión no es un simple dato familiar. Hay algo en “Madrid en tecnicolor” —esa melancolía envuelta en luz, ese pulso íntimo en medio del ruido— que lleva el ADN emocional de los Vega: la capacidad de hacer que lo cotidiano suene trascendente. Carlos la entregó a Flash Strato, y la banda la convirtió en un fogonazo urbano, una postal sonora que respira juventud, deseo y vértigo.

El tema vio la luz en 1983 dentro de un maxi-single editado por Columbia. España empezaba a mudar de piel. Madrid era un laboratorio de estilos y excesos, una ciudad que se inventaba a sí misma entre locales de ensayo, bares que abrían hasta tarde y revistas fotocopiadas. Y en medio de esa efervescencia, “Madrid en tecnicolor” sonaba distinta: pop enérgico y sin concesiones, con guitarras que arañaban el aire y una voz que se movía entre la euforia y la nostalgia.

El single apenas tuvo promoción, pero su destino fue inesperado: cruzó el Atlántico y se convirtió en un pequeño clásico en Perú, donde las radios la adoptaron como himno sentimental de una generación. También sonó en Argentina y Chile como estandarte de la libertad. En España, en cambio, quedó como una reliquia que los coleccionistas rescatan con cariño, un vinilo que guarda el sonido exacto de una época en la que el color comenzaba a imponerse al gris.

Escucharla hoy es como volver a ver una vieja película con nueva luz. Suena a neón, lluvia sobre el asfalto, juventud sin mapa. Tiene ese brillo que solo logran las canciones hechas sin cálculo, cuando lo que importa no es triunfar, sino dejar una huella, por mínima que sea, en el tiempo.

Madrid en tecnicolor es, al final, una metáfora perfecta: una ciudad que aprendía a mirarse en color, aunque todavía dolieran los reflejos.

Este fin de semana os ofreceremos una maravillosa entrevista con su compositor, Carlos Vega. Hablaremos de la canción, de Antonio, de arquitectura y de otros muchos temas.

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