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“Hora punta en el Metro”
Mamá – El último bar – 1981

GRUPO: Mamá
TÍTULO DEL ÁLBUM: El último bar
AÑO: 1981
FOTOGRAFÍA: Fernando Garrido

Las redes sociales. Bendito misterio. Te dicen, los que saben, que son algoritmos. No. Son meigas.

A través de las diferentes plataformas que existen (Facebook, Instagram, Twitter, Tik Tok…) me han llegado en los últimos años, señales de vida de personas que tenía perdidas en lo más profundo de mi memoria. Compañeros de clase con los que nunca hablé (la mayoría, además, me caía mal), ex novias, colegas de trabajos que abandonaste o te abandonaron, acreedores, corredores de seguros, vendedores de humo, promotores de pajas mentales… De todo. A casi ninguno de los hallados les he dado cancha. Me gusta vivir el presente, sobre todo, cuando de acreedores se trata. No me gusta engancharme al pasado y son pocas las personas a las que me gustaría cruzarme de nuevo en mi camino. Pocas, pero no ninguna.

Hay excepciones. Hay heridas que o nunca terminaron de cicatrizar o que si lo hicieron te dejaron un costurón para la eternidad.

Una de esas excepciones, uno de esos costurones, es de hace tantos años, que hasta da vergüenza decirlo. Debía andar por los 12 o 13 años cuando conocí a ese ángel de coletas doradas, labios de fresa y ojos color coca cola. Era lo más dulce que se puedan imaginar. Una tímida desafiante que cuando hablaba exhalaba aliento a violetas, cuando reía era como una estampida de unicornios, si lloraba, morían varios gatitos, meaba arco iris y cuando cagaba –si lo hacía, que llegué a dudarlo- cagaba nubes de algodón. Fue mi primer beso y como tal lo guardaba en mi frontispicio exogenético.

Ella era ELLA. La que con el tiempo no pude olvidar. En la que pienso cuando paso delante de un colegio.

Apenas cojo el Metro, pero hace unos días no me quedó más remedio que hacerlo. Bajaba el andén y me la crucé. Llevaba prisa. Ella, también. Hora punta en el metro.

Nos reconocimos. Sin más. Y eso que tanto por ella como por mí, el tiempo no ha pasado en balde. Eso sí, por ella, más que pasar la ha apisonado. Tatuajes hasta en los sitios más insospechados, labios cortados y dientes macilentos, piercings expansivos en las orejas, cejas perforadas y pechos alicaídos por la ley de la gravedad sumada a la ausencia de sostén. Mal. Realmente mal. Pero seguía siendo ¿ella?

Intentamos ponernos al día. Su aliento olía a tabaco y cerveza rancia, su risa era una especie de tos cavernosa y haciendo sus necesidades no quise ni imaginármela. Me contó que practicaba el poliamor sin tener en cuenta el sexo de los poliamados. Me hizo un breve recorrido por su vida laboral para asegurarme que había encontrado la estabilidad en el departamento de calidad de Satisfyer. Me conminó a reencontrarnos en su piso compartido y me señaló en un mapa la estación en la que debería bajarme para llegar a su hábitat. Ahí fue el acabose. Al levantar el brazo y dejar su axila al descubierto descubrí un matojo de pelos que ya lo querría Jason Statham para su cabeza. Me dio una pequeña arcada y tuve que apartar la mirada.

No la he vuelto a ver ni pienso hacerlo. Y lo malo es que ha conseguido borrar de un plumazo (más bien con ese plumero que ocultaba en su sobaco) uno de los recuerdos que con más cariño me permitía viajar al pasado.

El costurón ha desaparecido, pero ha dejado un vacío que ya nunca podré volver a llenar… ¡cagüen las casualidades! Prefiero las meigas o los algoritmos que, al menos, te dan la oportunidad de aceptar o –la que más me gusta- no permitir.

Postdata: Sea como fuere, el primer LP de Mamá es sin duda uno de los mejores del pop en español. No podía dejar de decirlo.

5 thoughts on ““Hora punta en el Metro”
Mamá – El último bar – 1981

  1. Buenísima crónica. De las de empezar el día riendo. Pena de paso del tiempo cuando además te trata como a esa muchacha. Y encima me encanta Mamá. Gracias de nuevo VinylRoute.

  2. Mi disco favorito de Mamá, y está canción, mi más favorita de Mamá, me inspira una ternura y una melancolía (de la güena) que no soy capaz de explicar. Oh casualidad. Me recuerda a alguien a quien perdí la pista durante años y recuperé gracias a las redes sociales. Al fin y al cabo, es como cruzarte en hora punta en el metro… Muchas gracias por traerla!!! Y gracias por el humor, sin ese giro de tuerca no sería Vinylroute, aunque ahora cuando la escuche quizás evoque un sobaco… Quien sabe?

  3. Pues me has jodido el día. Has conseguido lo que no consiguió mi madre en la pandemia, paso de volver a coger el metro nunca más, no pienso arriesgarme a que me pueda pasar algo ni parecido a lo que te ha pasado a ti. Rocio, mi Rocio, siempre con coletas. Andeandará

  4. Pedazo de disco. Todas ñas canciones podían ser singles y, al menos, hay media docena de himnos. Deseando que Mamá vuelva a los escenarios. ¡Lo vamos a petar!

  5. A ciertas edades obviamente no hay que arriesgarse, que quiero decir con esto? Quedemonos con el pasado idílico. No revolvamos!!
    Sé que fue el azar el que propicio el encuentro del cronista y la de ojos color coca-cola.
    Nunca debiste coger el metro en hora punta, diga lo que diga Mamá.
    Pide daños y perjuicios a quien sea menester por aniquilar de un plumazo tu recuerdo más preciado.
    Mamá me encanta, me lo bailo todo, me pone las pilas y me encantaría como dice Germán que en breve estuvieran en los escenarios!!!

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