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«El corresponsal Indie»
Rage Against the Machine – Evil Empire – 1996

GRUPO: Rage Against the Machine
TÍTULO DEL ÁLBUM: Evil Empire
AÑO: 1996
PINTOR DE LA PORTADA: Mel Ramos

¿Que te chupe qué?

Mis problemas económicos me impiden ir de concierto en concierto como me gustaría, así que, llamo al departamento de Recursos Humanos de VinylRoute para ver si me pueden conseguir pase de prensa para los que me interesan.

En su momento ya lo hablé con los Jeff Bezos de la música y parecían de acuerdo. Yo consigo acceso gratuito y ellos contenido de calidad para sus cosas. Lo que se llama un win-win de libro.

Han despedido a la chica que me facilitó el móvil personal de “Batín de seda”, me toca lidiar con un novato aleccionado en mi contra. Le explico que quiero ver si me pueden acreditar para los conciertos de The Posies, Belako, Kings of Convenience, Los Planetas y La La Love You, que ya estaba hablado con los gerifaltes, que los promotores suelen acreditar con cierta facilidad a los medios digitales (más desde que apenas queda prensa que dedique espacio a la música) y que simplemente pasaré los gastos acordados en su día (tres cervezas, un bocata de beicon con queso y la parte proporcional del abono transporte).

Oigo que teclea en el ordenador y al poco me responde que no consta en los archivos ninguna clase de acuerdo de acreditación y que, por lo tanto, no puede hacer la solicitud. Le comento que el acuerdo era verbal, que no vi necesario redactar un contrato para unas cervezas, un bocata y un par de euros, pero que creo que ese tipo de servicios lo tengo cubierto por Legalitas. Me responde que él, sin un documento firmado por los gerifaltes, que respalde lo que estoy diciendo, no puede hacer nada. Le hablo de la iniciativa personal y lo mucho que se valora en las empresas modernas. Me dice que su predecesora fue despedida de forma fulminante por tener la “iniciativa” de facilitarme el teléfono del jefe.
Llamo a Legalitas, se ríen en mi cara. Me quedo sin acreditación.

A pesar de ello, el día del concierto de The Posies me dejo caer por el Independance Club, a ver si en un descuido del “puerta” me puedo colar.

Cuando veo al “puerta” soy consciente de que más que un descuido suyo, necesito un desmayo. Su porte de Sansón calvo tapa por completo la entrada al local, ha estado más en el gimnasio que Marco de viaje buscando a su madre.

Una limusina para a unos metros, de ella bajan la corresponsal reparadora, la corresponsal senior, la corresponsal adolescente y su madre, todas ellas con su acreditación al cuello. Una vez más el mainstream aplasta al indie.

No puedo inventarme la crónica de un concierto al que no he ido (podría, pero no me atrevo) pero puedo escribir la crónica de un concierto que oficialmente nunca se celebró.

Mayo de 1996, los Rage Against the Machine aterrizaban en Madrid para participar en Festimad, trayendo bajo el brazo su segundo disco, Evil Empire.

Sus dos primeros discos mezclaban de forma bastante innovadora hip hop y rock salvaje con mensajes políticos que dejan a Podemos como unos centristas. En disco sonaban como un trueno y una de sus canciones destacaba sobre el resto, “Killing in the name”, que denunciaba los asesinatos policiales en Estados Unidos.

Comandaba el combo Tom Morello, guitarrista y politólogo por la Universidad de Harvard (curiosa combinación), le acompañaban el vocalista Zack de la Rocha, el bajista Tim Commeford y el baterista Brad Wilk.

Un par de días antes de su concierto en Festimad a mi colega Jesús, sí, el de Disney, le llega un canutazo. Los Rage van a tocar en la sala Revólver para preparar el concierto que van a dar en el festival. Con esa mínima información nos presentamos a las puertas de Revólver, el rumor se ha extendido bastante y había cientos de personas congregadas en la acera de la calle Galileo. Al entrar nos enteramos que lo recaudado en el concierto va destinado a financiar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el del Subcomandante Marcos. Han montado un tenderete donde se venden camisetas, pasamontañas, kalashnikov de juguete y gorras con la estrella roja. El merchandising al servicio de la Revolución, es como financiar las corridas de toros con las cuotas de afiliados al PACMA. No prestamos mucha atención en ese momento a las incoherencias, al fin y al cabo, allí estábamos para derribar el imperialismo neoliberal y era más importante el fondo que la forma.

Tengo recuerdos parciales del concierto. Los muchos años pasados, los excesos durante y después han borrado de mi cabeza la mayor parte de los acontecimientos de esa noche.

Hay dos cosas que sin embargo conservo.

La primera es que, una vez que los Rage empezaron con la tralla el público, más apretado que las tuercas de un submarino, empezó a saltar y a lanzarse unos contra otros. Me pasé más de medio concierto despejando cuerpos en dirección a Jesús. Venía uno en el aire y rebotaba contra mí para terminar aplastando a mi amigo. El problema era cuando se lanzaban varios a la vez desde distintos ángulos, no había manera de librarse de los golpes. Salí magullado y dolorido, pero en honor a la verdad algunos de los saltarines necesitaron asistencia médica.

La segunda es que, ese fue el día que Zack de la Rocha cambió la letra de “Killing in the name”. Hizo un momento karaoke en el estribillo y cuando esperaba que el público dijera “Now you do what they told ya” escuchó un sonoro “Que me chupes la polla” gritado por mil gargantas. A partir de ese momento no pudo cantarla de otra manera.

Gustavo Sánchez «El Indie»

6 thoughts on “«El corresponsal Indie»
Rage Against the Machine – Evil Empire – 1996

  1. Como siempre las crónicas del indie me hacen desmelenarme.
    He de decir que tiene mogollón de mérito seguir deleitándonos con tus crónicas, a pesar del tacañismo de los gerifaltes de vinylroute.
    No desesperes indie que cuando se den cuenta de tu potencial no te dejarán escapar ni con alas.
    Enhorabuena indie!!!

  2. Llorando otra vez, pero de risa. Doy fe de que la corresponsal Reparadora no fue a ese concierto, pero debiste ver tantas cosas que te perdonamos. Eres buenísimo escribiendo Indie. Jajajaja, que no nos faltes nunca en esta sección

  3. Jajajaja!! Me parto!! No puedo dar fe de todo lo que cuentas del concierto en la Sala Revólver pero estuve allí y terminé espachurrada entre decenas de personas. Cuando fui al baño, era una especie de picadero u orgia multitudinaria y salí de allí con la vejiga llena, contusiones por todo el cuerpo y una sensación de euforia indescriptible. Me lo pasé «genial» y juro que si consumí algún tipo de droga fue el del humo de los porros que allí se fumaban.
    Han pasado mil años de ese día pero aún recuerdo las sensaciones.

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