¡Por Enrique!
Desde Que No Nos vemos- Concierto Homenaje A Enrique Urquijo – 2021

GRUPO: Varios
TÍTULO DEL ÁLBUM: Desde Que No Nos vemos
AÑO: 2021

¡Qué difícil se nos hace escribir de Los Secretos y, sobre todo, de Enrique Urquijo!

¡Han sido tantas las cosas que nos han pasado oyendo, cantando y bailando sus canciones!

La historia comienza en 1983, con el No me imagino, extraído de su tercer larga duración, Algo más. Ese instante fue el pistoletazo de salida de una relación que ya dura 38 años. Toda una vida, se puede decir. Una vida, y no exageramos, en la que siempre han estado presentes; en lo bueno (las chicas nos quieren) y en lo malo (las chicas no nos quieren), en la salud (viernes por la noche) y en la enfermedad (sábado por la mañana), en la riqueza (nuestro primer trabajo) y en la pobreza (los meses y años de paro)… Y ni siquiera la muerte nos ha separado.

Cuando falleció Enrique Urquijo, hace ahora 22 años, sentimos algo parecido a la orfandad. Le habíamos entrevistado varias veces –con Los Secretos y con Los Problemas- y manteníamos una relación cordial con él. Esta es una de las cosas que agradecemos al periodismo, que, si tienes suerte, te da oportunidad de conocer a músicos, escritores, actores y actrices, a los que, hasta ese momento, mirabas con admiración. Una vez conocidos, pueden pasar dos cosas: que te caigan mal y te parezcan unos pamplinas (los ha habido, pocos, pero los ha habido) o que a la admiración se sume el orgullo –banal, seguramente- de que entren a formar parte de tu agenda telefónica.

Enrique consiguió engrandecer esa admiración que ya sentíamos por él. Nos dimos cuenta de que era un tipo abrazable, con el que irte de cañas, al que contarle algún mal de amores y al que confiarle tus hijos en caso de necesidad. Lejos del ser atormentado como tantas veces ha salido dibujado por cronistas adictos al estereotipo, era una persona con gran sentido del humor y una fina ironía. Un tipo, en definitiva, muy inteligente que, además, contaba con una vena sensible que le permitía crear las canciones que no han envejecido y que hoy, más si cabe que cuando vivía, seguimos disfrutando.

No, no vamos a hablar de sus canciones. No tiene sentido. Están ahí. Forman parte de la historia -no solo musical- de nuestro país.

Cuando editaron el primer disco homenaje tras su fallecimiento, nos llegó –“por ser prensa”-, unos días antes de que viera la luz en el mercado. Era en formato cd, todavía sin la carátula definitiva. Nos metimos en el coche y le dimos al play.

Oíamos el principio de cada tema y nos mirábamos, en casi todos los casos, aprobatoriamente, pero cuando sonó el corte 10, la canción póstuma de Enrique, el Hoy la vi, nos quedamos quietos, mirando al frente, disfrutando de la última genialidad de un músico genial.

La canción podríamos decir que es sencilla, pero todos sabemos lo que difícil que es lograr la sencillez, hacer que una melodía fragüe en una primera escucha. Con la letra, pasa lo mismo: un encuentro casual con alguien que fue importante en nuestro pasado y cómo nos deja el cuerpo ese retorno a lo que pudo ser y no fue. Si todo esto lo acompañamos con la insustituible voz de Enrique, se convierte en una fórmula magistral para alimentar almas y mentes.

Desde ese día, cada vez que oímos o nos ponemos el Hoy la vi tenemos un pacto tácito: bebernos un chupito de lo que tengamos a mano –whisky, tequila, crema- y brindar por él. Y es algo que seguiremos haciendo, me temo, por mucho tiempo y homenajes que pasen.

Hoy, más que nunca… ¡Va por Enrique!

PD: A nuestro brindis se han querido sumar unos cuantos amigos y amigas de Vinylroute. Mañana, sábado, hay reservada una más que agradable sorpresa. ¿Por nuestra parte? No, por Enrique.