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“Las orejas de Tarantino”
Pulp fiction – BSO – 1994

GRUPO: Varios
TÍTULO DEL ÁLBUM: Pulp fiction – BSO
AÑO: 1994

Quentin Tarantino. El puto amo. Donde pone la oreja, pone la escena inolvidable. ¿Quién no ha imitado a UmaThurman (Mia Wallace) y a John Travolta (Vincent Vega) bailando el You never can tell de Chuck Berry? Todos. Todas. Todes. Y el que no lo ha hecho en público tras ingerir unas cuantas cervezas, lo ha hecho en su casa delante del espejo.

Tarantino escoge la música de sus películas con el esmero del que tiene un bagaje musical que le ha marcado y quiere trasladar y compartir transformándolo en escenasen sus trabajos cinematográficos.

En todas sus cintas hay, al menos, un tema de esos que te permite identificar la película, la escena concreta que se ha quedado impresa en tus retinas y oídos.

En la que nos ocupa, en el bailecito genial de Pulp fictionse produce la magia. Esa magia tan difícil de conseguir y tan fácil de incorporar a tu particular imaginario fílmico.Magia o química, pues es en ese instante cuando los protagonistas se transforman en cómplices, en pareja de facto. Es en ese instante cuando la tensión sexual alcanza el clímax y para que no haya duda, Tarantino suma y sigue con el Girl, you´ll be a woman de Urge Overkill.

Tarantino hace lo que a todos nos gustaría hacer: coger una canción de las que te gusta, de las que en algún momento de tu vida te ha hecho vibrar, y llevarla a imágenes. Desde Reservoir dogs, la música, más en concreto las canciones que conforman sus bandas sonoras, marcan el tono, la emoción y crean una atmósfera explícita cuando no se convierten en vehículo narrativo.

No se puede separar el cine de Tarantino de “su lista” de éxitos que recupera para sus filmes.

Baste un ejemplo. En su último trabajo, Érase una vez en Hollywood, el director incluye un tema de Los Bravos –sí, de nuestros Bravos-, el Bring a Little loving, que sonó en el tráiler de la película. Pues bien, Los Bravos se convirtieron inmediatamente en trending topic.

Creo que ninguno dudamos de poder evocador de una buena canción, pero es que el director norteamericano la consigue colocar en el momento preciso, en la escena perfecta (o con la canción la convierte en perfecta) y, de ahí, pasa a la historia del cine.

Hijo predilecto de la cultura pop nos lo imaginamos con los cascos sentado ante su discoteca oyendo sus joyas musicales y nos preguntamos si es antes el huevo o la gallina. Es decir, ¿la escena le lleva a la música o, como estamos convencidos, es la música, la canción, la que le lleva a la escena?

Sea como fuere, Tarantino, sin hacer cine musical, es inseparable de las canciones que incluye en sus películas. Sea como fuere, y tal y como abríamos está crónica, consideramos a Tarantino el puto amo de un cine con sello propio. Un sello que incluye las canciones con las que seguramente creció, ahora nos descubre o recuerda, y que ya son parte de la historia del cine.

Hoy es viernes. Toca buscar en cualquier bar a nuestra particular Mia Wallace y hacer de Vincent Vega. Ese baile cuenta más que diez coitos (¡uy, he dicho coito!).

2 thoughts on ““Las orejas de Tarantino”
Pulp fiction – BSO – 1994

  1. Como me ha gustado la crónica y que verdad es. Lo que más me ha intrigado es lo de si es la música la que crea la escena o es la escena la que llama a la música. Nunca lo había pensado así. Y si, confieso que yo también he bailado la canción en una muy mala imitación de los protagonistas

  2. La crónica buenísima!!
    Tarantino lo más!!
    Sus películas sin sus bandas sonoras, no serían lo mismo.
    Y por último, claro que me he marcado el baile de Mía Wallace, incluso creo que lo he hecho mejor que ella!!
    Así soy yo, sencillitaaaaa

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