“Las cagadas de Luis Cobos”
Luis Cobos – Tempo D’Italia – 1987

GRUPO: Luis Cobos
TÍTULO DEL ÁLBUM: Tempo D’Italia
AÑO: 1997

Tengo la creatividad a flor de piel, se me sale por las orejas, brota por cada poro de mi piel.
Esta mañana he cogido la guitarra y me han salido canciones para hacer un doble lp. Las letras me salían de corrido, las músicas también del tirón. He cogido el boli para escribir las letras y cuando he terminado he escrito dos novelas. Una, de unos hermanos siameses unidos por los genitales que se dedican a resolver crímenes esotéricos. Otra, de corte histórico, en la que Aníbal sale del armario y le tira los tejos a Cornelio Nepote.

Antes de dejar el boli, he hecho los bocetos para un exprimidor de naranjas silencioso, una lavadora que no pierde calcetines y un televisor en siete dimensiones.

Por último, con los plastidecor en la mano, he dejado los techos de la casa como la Capilla Sixtina. Todavía con ellos en la mano, he maquillado a mi mujer y la he dejado cual clon de Marylin. En este caso Manson. La materia prima no daba para Monroe.
A continuación, he ido a la cocina para preparar la comida y entre esferificaciones, nitrógeno y nubes de aromas han llamado los de Michelin para otorgarme nueve estrellas y un agujero negro.

Haciendo la siesta, mientras veía en Antena 3 Atracción letal de Navidad, he pergeñado la idea para una trilogía de súper héroes en la España vaciada, una serie sobre zombies gordos que luchan contra las moscas que les rodean y una sitcom de una pareja de epidemiólogos trans, con poderes parapsicológicos y siete niños acondroplásicos adoptados. También un concurso de tv que consiste en encerrar a 300 hombres en celo en un convento con diez octogenarias vírgenes.

Pero no es oro todo lo que reluce. Ahora tengo ganas de ir al baño y en este momento de efervescencia creativa temo que me dé por modelar un Belén con mis detritus. Y es que no lo voy a poder evitar… hoy solo me salen obras de arte en todo lo que hago y me veo como Demi Moore en Ghost, abrazado por mi inspiración, dándole vueltas al torno.

En definitiva, temo convertirme en Luís Cobos con tanta cagada. Sus diarreas mentales se volvían más líquidas cuánto más se acercaba la Navidad y a golpe de chin-chin-pun se cargaba óperas, zarzuelas, la música mejicana, rusa, italiana… se ciscó en todo lo que se le puso a tiro y se quedó, como es lógico, tan a gustito.