«El Corresponsal Indie»
Crónica concierto verano VinylRoute. 2022

ARTISTAS: Fernando Martín, Las Ardillas de Dakota, Alarmantiks!
LOCAL: Rockville
FECHA: 2 de julio de 2022

Crónica concierto vermut VinylRoute. Mamá, quiero ser artista

10.30 de la mañana. La limusina de VinilRoute pasa a buscarme por mi casa. Entro en ella y los gerifaltes me preguntan por Boris Johnson. Les respondo que no sé donde está, estuvimos los dos viendo a C Tangana, luego fuimos a un tablao flamenco donde Boris se arrancó por fandangos y le perdí la pista a las seis de la mañana en un after mientras sonaba explota, explota, explo, explota, explota mi corazón; en ese momento perdí la conciencia y ya me he despertado en el salón de mi casa. Creo que se nos fue la mano con el sol y sombra o con el éxtasis líquido o con el MDMA o con los cubatas de Red Bull o con los minis de cerveza o con los pimientos de padrón.

Con pocas horas de sueño y una resaca comparable a un cólico nefrítico me llevan al concierto de verano de VinylRoute, el que iba a ser homenajeado no tiene pinta de que vaya a aparecer, les comento a los gerifaltes que debemos mover el foco hacia los músicos para evitar que los muchos Borislivers que van a venir se nos quejen.

Los gerifaltes confían en los artistas que van a acompañarnos, Fernando Martín, Las Ardillas de Dakota y Alarmantiks!. Van a estar inmensos, me tranquilizan, sonarán como un cañón, encárgate de entretener a la gente para que no piense en Boris y ellos harán el resto. Pienso que la mejor manera de tener a la gente entretenida es darles de comer y beber convenientemente, de la bebida ya se encarga la sala Rockville, así que les pido que nos pasemos por el Makro a comprar unos snacks. Tengo la teoría de que los snacks en los últimos 60 años han evitado más guerras que la disuasión nuclear; nadie piensa en joder a otro mientras come patatas fritas o kikos.

11:15 de la mañana. Entramos en el Rockville con 30 kilos de patatas fritas, un saco de cóctel de frutos secos, el equivalente a una piara en cortezas de cerdo y veinte kilos de galletitas saladas. En la sala no saben si somos la empresa musical más exitosa de la historia o una fábrica de patatas fritas y variantes.

11:20 Empiezan los nervios, las pruebas de sonido van retrasadas. Para ir avanzando me presto voluntario para probar voz, me arranco con Amor de hombre de Mocedades, caras de asombro en la audiencia, para ajustar los graves tiro de la Ramona, me bajan del escenario con malas formas.

11:30 veo a los gerifaltes nerviosos, para rebajar tensiones pedimos la primera cerveza, me hace masa con los restos de MDMA que quedan en mi cuerpo, empiezo a dar abrazos y besos a todo el que me cruzo. Entra mi mujer en la sala, depongo mi cariñosa actitud y me hago pasar por un profesional estresado.

12:30 una vez más la lista de la puerta es un puto jeroglífico. Esta vez los gerifaltes han puesto los motes de los que han pedido aparecer en la lista; motes, que, en muchos casos, no conocen ni los propios protagonistas. En la lista están, tres veces el Gordo, seis Negros, dos Chinos, un Poquita caca, la Guapa, los Espabis, etc.

El pobre portero me pide ayuda, me pongo un rato con él. Después del mal trago pasado en el Berghain mi criterio es ligero, dejo entrar a todo el que lo pide esté apuntado o no. Aparece la policía municipal, cuando les voy a dejar pasar, se ponen serios y piden los papeles, al parecer al vecino del piso superior le ha molestado que tararee Bailar Pegados. Les digo que puedo cambiar de canción y que acepto peticiones, me miran mientras se llevan las manos a los grilletes, les comento que el alcalde es íntimo y se llevan detenido al vecino quejicoso.

1:20 de la mañana o tarde? Me escribe Boris, ¿Voy para allá? Le respondo con un muy femenino “Tú sabrás”. Manda un par de excusas inconexas y me comunica que su vuelo de la RAF sale en 15 minutos. Le digo que es un malqueda. Corazoncitos y caritas sonrientes. Me sacan de mi malhumor los gerifaltes. “Indie, hay que salir a presentar el espectáculo”. Hacen una breve introducción, yo hago una disertación de 15 minutos acerca de la importancia de la música en la cultura grecolatina.

1:30 de la tarde. Comienza el espectáculo y como las palabras se quedan cortas para contar todo lo que hemos vivido ahora comienza la crónica audiovisual.

Como podéis ver ha acabado en una comunión entre artistas, público y VinylRouteros cantando la Chica de Ayer.

Por último, queremos agradecer enormemente la generosidad de Fernando Martín, Las Ardillas de Dakota y de Alarmantiks!, por prestarse a ser parte de nuestra locura. Gracias a nuestro querido Davo, a Juanpe Moragues y Ricardo Tirado que acompañaron a Fernando Martín.

También gracias a la sala Rockville y su personal por confiar en una idea loca, por ponernos las cosas tan fáciles y por hacernos sentir en casa. Repetiremos seguro…

Como no, agradeceros a todos los que habéis querido ser parte de esta familia musical y que sufrís nuestras crónicas. No os vamos a preguntar, lo tenemos claro: disfrutasteis como cochinos en el lodazal. Objetivo cumplido.

Los que hayáis podido venir os habréis dado cuenta de que hoy he descubierto mi verdadera vocación.

Los VinylVanilli están más vivos que nunca, como decía Concha Velasco: “Mamá quiero ser artista”.

PS: Los acontecimientos me están desbordando. Quizás esta ha sido mi última crónica de VinylRoute. En las últimas horas he recibido ofertas para liderar la nueva formación de Locomía y para ser el rubio de Modern Talking. Os mantendremos informados del despliegue de mi carrera artística.