«El Corresponsal Indie»
R.E.M. – Document – 1987
GRUPO: R.E.M.
TÍTULO DEL ÁLBUM: Document
AÑO: 1987
Apocalipsis Indie (Parte I)
Día 1. Nadie parece preocupado por el inminente fin del mundo. En las oficinas de VinylRoute no veo gestos nerviosos. Los gerifaltes siguen con sus movidas “tochas” sin que la amenaza nuclear parezca afectarlos en lo más mínimo. Dudo entre que esté sufriendo un exceso de exposición a “Al Rojo Vivo”, donde a cada minuto parece que van a retransmitir el lanzamiento de misiles o que, simplemente, soy un visionario iluminado capaz de leer los signos ocultos de la cercanía del fin que a otros con menor sensibilidad les resultan incomprensibles.
Me inclino por esto último, mis congéneres están tan preocupados por likes, tiktoks, los aullidos machistas de los cachorros del poder, lo guapo que es Pedro Sánchez, lo malo que es Perro Chanche para España, la Champions League o el último escándalo de la prensa rosa, que no son capaces de ver con claridad.
Decido trazar un plan de supervivencia extrema. Con una excusa peregrina salgo de la oficina y vuelvo a casa. Le expongo mi teoría a mi mujer. Me mira entre incrédula y cansada, no parece muy de acuerdo con mis planteamientos de partida, menos aún con mis soluciones para la supervivencia. Le planteo que debemos huir a la España vaciada. A unos kilómetros del pueblo de mi madre se mantiene en pie con dificultades la casilla de la huerta de mi abuelo; con unos pequeños arreglos y una mano de pintura nos debería servir de refugio. Una vez allí, tomaremos de la tierra los alimentos que necesitemos. Mi abuelo nunca habló mal de los rusos y le gustaba mucho la ensaladilla, su casilla no puede ser un objetivo estratégico y está lo suficientemente lejos de Madrid como para que suframos el impacto directo de los misiles nucleares.
“Los niños tienen colegio, yo tengo trabajo y la semana que viene tengo que ir a Alemania a un training de la empresa. No podemos irnos a ningún lado y menos al pueblo de tu madre”, me dice, luego añade un innecesario “Estás medio gilipollas, no sé por qué no me casé con Alfredo. ¡Qué condena!”.
Me guardo la rabia y tomo una decisión que, seguro, cambiará la historia. Si ella no quiere salvarse, al menos pondré a salvo a mis hijos, el mundo se merece que mi ADN se conserve para tener esperanzas de un nuevo comienzo.
Día 2 Mañana. Llamo a VinylRoute para avisar de que no iré a trabajar, pongo de excusa un dolor de espalda que me tiene prostrado en cama. Una vez que mi mujer se ha ido a su oficina y los niños al colegio, salgo de la cama y preparo una lista de la compra para la supervivencia. Decido ir a Makro donde los paquetes de cualquier cosa son más grandes. 115 kilos de harina, 362 latas de fabada Litoral, 15 sacos de 15 kilos de pienso para perros, un botiquín de emergencia compuesto por tiritas, vendas, mercromina, hilo y agujas para suturar y seis botellas de vodka Kalinka como anestésico, analgésico o por si hay algo que celebrar. Pillo también gusanitos, cortezas y patatas fritas por si nos entra gusa en el camino. Una caja de pastillas depuradoras de agua, tres baterías de coche, una escopeta de balines, dos palas, un pico, una paleta de albañil, 100 kilos de cemento, una carretilla, una lata de 15 litros de pintura y un grifo de cerveza. Creo que lo tengo todo. Pago con la tarjeta de VinylRoute, no quiero que mi mujer sospeche nada. En cinco minutos recibo la llamada del gerifalte del batín de seda. “Indie, ¿Qué coño has comprado con la tarjeta de empresa?”. Le digo que ya me encontraba mejor y he decidido empezar con la adquisición de los suministros para la fiesta oficial de la inauguración de la nueva sede. “Ah, vale, es que me ha extrañado. Indie, estás en todo.”
Meto como puedo todo en el coche y vuelvo a casa pensando como mantener mis planes en secreto. Pongo a todo volumen el “Document” de R.E.M., principalmente por el “It’s the end of the world as we know it (And I feel fine)” que viene al pelo en estos momentos, pero todo él es un disco abrumador. Quizás es la primera vez en que tomamos conciencia de lo que llegarían a ser, uno de los grupos más influyentes, no solo de la música independiente sino de la música popular en general. Canciones como “Finest worksong”, “It’s the end of the world as we know it”, “Exhuming McCarthy” o “The one I love”, que sería su primer número uno, marcan un punto de inflexión que les llevaría desde ser un grandísimo grupo conocido por una minoría a ser un icono mundial con “Out of Time” o “Automatic for the people”.
Recuerdo la vez que los vi en Madrid, ya habían tenido el éxito abrumador, pero el público seguía siendo mayoritariamente de esa minoría que les conocía desde los ochenta. Comenzaron el concierto con las canciones más trilladas y hasta diría sosas, al lado de nosotros había un tipo gritando airado “así no”, cada vez que arrancaban con una canción que no le convencía o que las dedicaban a Miguel Bosé o Alejandro Sanz (con estas dedicatorias las caras de la hinchada indie eran todo un poema). Las quejas airadas continuaron hasta que arrancaron con “It’s the end of the world as we know it”, a partir de ese momento el talibán de R.E.M. abandonó las quejas por el baile salvaje.
(Continuará)
Lo malo no fue según recuerdo que empezaran con las canciones mas sosas, sino que las alternaban con las mas marchosas y así no había manera de calentarse, Tenia razón el de las voces. Y todo después de Courtney Love………..
Eres la leche Indie. Me da igual de lo que hables, me desternillo contigo. I need you always. El resto de la crónica ya me da igual aunque he de reconocer que es buena