«El Corresponsal Indie»
La La Love You – El Fin del Mundo – 2019
GRUPO: La La Love You
TÍTULO DEL ÁLBUM: El Fin del Mundo (Sencillo)
AÑO: 2019
Apocalipsis Indie (Parte II)
Día 2 Tarde. Voy a recoger a los críos, primero al mayor que ya va al instituto, se sorprende un poco al ver mi coche y hace un amago de no reconocerme, toco el claxon y mira hacia otro lado. Con el único afán de avergonzarle y salir de allí cuanto antes, saco medio cuerpo del coche y grito; «Cariño, ven, que tenemos que ir al pediatra». Viene refunfuñando hacia el coche, lanza un saludo inarticulado y se monta. Le doy un sándwich de mortadela y una bolsa de Doritos, me mira interrogante. «Ahora cuando recojamos a tu hermana os cuento».
Llegamos al colegio, hay un terrible atasco formado por los padres que decidimos que andar no es sano. Varios bloquean la calle esperando a que salgan sus hijos sin atender a los que quieren circular en un sentido o en otro. Otros se insultan, algunos llegan a las manos. ¿Será que ya ha calado la idea de que el apocalipsis se acerca?
Dejo a mi hijo dentro del coche y voy a por mi hija, hoy tenía Chiquirritmo que es la vía silenciosa (no tan silenciosa) por la que el reggaetón ha sido inoculado en la infancia y la juventud. Me ve llegar y se marca dos pasos de baile que habrían supuesto la hoguera en tiempos no tan lejanos. Le doy un beso y la arranco de los brazos de sus amigas.
Ella ya ha comido en el colegio, así que, se conforma con una bolsa de Doritos sin sándwich, he comenzado con el racionamiento de víveres. A partir de ahora, estamos solos, somos una tribu de tres miembros que debe ser autosuficiente, nos enfrentábamos a la lucha por la supervivencia.
Dentro del coche, les explico lo que vamos a hacer, no les ahorro ningún detalle escabroso acerca de la situación. «Chicos, unos señores malos tienen unas armas muy potentes y no les gusta Madrid, ni Nueva York, ni Londres. Si usaran esas armas solamente quedaríamos los mejor preparados. Lo primero que vamos a hacer es alejarnos de las zonas más peligrosas e intentar vivir cultivando la tierra. Nos vamos al pueblo». «¿Y mamá?». «Mamá no está bien, cuando esté bien, vendrá». «¿Qué tiene?». «Mal carácter, hija, muy mal carácter».
Cogemos la carretera de Extremadura, a la altura de Alcorcón la niña me pide parar porque se hace pis, a la altura de Móstoles es el chico el que se mea, la niña vuelve a pedir que pare en Navalcarnero, paro en una farmacia y les sondo. A ver si es posible que pueda hacer el camino de un tirón.
Al poco comienzan las insistentes llamadas de mi mujer, como no cojo el teléfono, llama a mi hijo, no le he avisado que no debe hablar con su madre y lo coge. Le pregunta donde estamos, le dice que vamos a buscar armas para matar a unos señores malos. No me ha prestado mucha atención a las explicaciones. Oigo gritar a mi mujer, le quito el teléfono a mi hijo y lo lanzo por la ventanilla, vuelve a sonar el mío, lo lanzo también. He roto con el pasado para poder dar un futuro a mis churumbeles.
Día 2. Noche. Al lanzar el teléfono por la ventana se ha ido con él el Google Maps que estaba guiándonos, ahora mismo, no sé que desvío debo tomar. Al final me decido por uno que indica un pueblo que suena bien, Pepino. Vamos cruzando pueblos y no hay nadie en la calle a quien poder preguntar. Mi hija me pide que ponga «El Fin del Mundo» de La La Love You, le digo que es una selección muy adecuada y que es un temazo.
Después de varias horas vagando con La La Love You en bucle, veo a unos 100 metros por delante un coche de la Guardia Civil, es la primera vez que me alegro de ver un coche verde y blanco. Acelero para situarme a su altura, bajo la ventanilla y con la mano derecha les hago señales para que paren, mientras conduzco con la mano izquierda en el volante, me miran asustados y comienzan a gritarme cosas incomprensibles. Involuntariamente he movido la mano izquierda hacia la derecha y he acabado por mandar el coche de la Guardia Civil a un maizal. Freno, salgo del coche para ver si están bien y me encuentro a dos agentes encañonándome con sus armas reglamentarias. Mis hijos lloran atemorizados en el coche. Levanto las manos y digo: «Soy yo, el indie». «Me cago en Dios indie, ¿Qué cojones haces?». «Me he perdido y estoy un poco nervioso, se me ha ido el coche». «¿Has bebido? ¿Has tomado sustancias?». «Solamente con fines recreativos». «No, joder, digo hoy». «No, estoy limpio».
Los agentes amablemente me indican el camino que debemos tomar para llegar al pueblo y a la huerta de mi abuelo. A las 12 de la noche aparcamos enfrente de una casita en ruinas, parecía inhabitable. Esa noche dormiríamos en el coche, ya por la mañana veríamos como acondicionar la casa y empezar a limpiar un terreno para plantar y poder pasar el invierno.
(Continuará)
Jajajaja no puedo contigo, me haces llorar de la risa. Esperando la continuación.
😂😂😂😂
Por Dios os aseguró que es el despertar de un sábado más gracioso y ocurrente que he tenido en mucho tiempo, voy a por el desayuno con mejor humor que he despertado hace varios días y esperando el desenlace de este episodio, Indi, eres un ctak