«El Corresponsal Indie»
The Doors – The Doors – 1967
GRUPO: The Doors
TÍTULO DEL ÁLBUM: The Doors
AÑO: 1967
Apocalipsis Indie (Parte III)
Día 3
Me he despertado al amanecer, he salido del coche y he hecho una pequeña inspección del lugar. La casa necesita una limpieza profunda, arreglar el tejado, jalbegar las paredes, deshollinar la chimenea y reparar puertas y ventanas. Pienso que la pereza con la que llega el otoño nos da una oportunidad para tenerlo todo en condiciones para cuando llegue el invierno, sea el meteorológico o el nuclear.
En cuanto a la parcela antes conocida como huerta es una amalgama de malas hierbas, jaras y juncos. Es necesario limpiar todo, airear la tierra y plantar lo antes posible.
Doy una vuelta buscando la antigua acequia que llevaba agua al huerto, doy con ella, pero el tiempo y la falta de uso la han dejado cegada. Cojo una azada y consigo que un hilillo de agua vuelva a correr. Cavo una zanja donde coloco un bidón de plástico para ir acumulando todo lo que se pueda. Me quedo dormido del esfuerzo.
Mis hijos se están despertando, no me ha dado tiempo para preparar pan con la harina que traje, mezclo en un bol el Dog Chow con un poco de leche.
Cuando terminan de desayunar y se asean, les comento que la Nintendo Switch se me ha caído entre las malas hierbas y les doy una azada a cada uno para que la busquen. Tardan dos horas en dejar la parcela completamente limpia y la tierra aireada, no encuentran la Nintendo porque está en el maletero del coche. En ese lapso he cazado un par de palomas y las he adiestrado, ayudándome de un mapa, para poder enviar mis crónicas a VinylRoute.
Después preparo con un par de bicicletas herrumbrosas un sistema para que, por medio del pedaleo, se carguen las baterías de coche. Pongo a los niños a dar pedales mientras improviso un sistema de alumbrado básico para la casa. Me quedo ligeramente traspuesto por el esfuerzo ingenieril.
Llega la hora de la comida, no me ha dado tiempo a cazar nada y no nos vamos a comer a las palomas una vez adiestradas, así que, comemos gusanitos y jamón de york. Los niños están encantados, estaban hartos de las recetas sanas y nutritivas de su madre. Pienso un poco en ella, pero se me pasa pronto porque me quedo frito, cuando despierto de mi breve siesta ya ha anochecido.
Con tanto trajín se me había olvidado sembrar, mando a mis hijos con un par de linternas para que no tropiecen. La idea es que mañana dispongamos de tomates, calabacines, patatas, coles, pinos piñoneros, plátanos, peras y aguacates, al sembrar por la noche a lo mejor no está todo hasta por la tarde, pero puedo intentar hacer unas gachas con la harina y tenemos suficiente Dog Chow y leche para el desayuno.
Cenamos fabada Litoral que calentamos en un pequeño fuego de campamento, aprovecho para ver si el vodka es lo suficientemente fuerte como para usarlo con fines médicos; lo es, los dos vasos que me tomo me han dejado en la gloria. Pienso en un método para aprovechar el metano que van a expulsar nuestros cuerpos, me concentro en las cadenas de carbono y me quedo profundamente dormido.
El viento lleva hasta los oídos de mis hijos una melodía con reminiscencias orientales al comienzo, que se va haciendo oscura y triste. Es «The End» de The Doors, la última canción de su primer disco. El sonido sale de un coche que está aparcado oculto entre la maleza a unos 500 metros de distancia, dentro, con unos prismáticos de visión nocturna y ropa de camuflaje mi mujer nos vigila.
(Continuará)
Jajajaja, menos mal que tu mujer está al acecho. A pesar de eso respetando el siguiente
Jajajaja menos mal que tu mujer está al acecho. Esperando la continuación