«El Corresponsal Espectador Anónimo»
Crónica del concierto de Revolver
CONCIERTO: Revolver
LOCAL: Sala La Riviera
FECHA: 26 de febrero de 2023
EUFÓRICO, ELÉCTRICO Y NOSTÁLGICO
En la cíclica serie discográfica de Revólver (disco eléctrico-disco acústico-básico- y vuelta a empezar), este año en la moneda ha salido cara (al menos para mi gusto), es decir: guitarrazos, watios y rocanrol. Sin menosprecio en absoluto de sus incursiones más “básicas”, reconozco que el Carlos Goñi que más me engancha es el de los himnos rockeros (springsteenianos, sí ¿y qué pasa?), “El Dorado”, “Es Lo Que Es, Hay Lo Que Hay” y la magistral “San Pedro”, a los que desde ya mismo añado “El Anillo De Boda” … con ese final a lo “Thunder Road”… y para disfrutar de Revólver en directo, no se me ocurre mejor día que un domingo (es coña, los programadores de salas me tienen frito).
Con La Riviera a pleno aforo, o casi rozándolo, Carlos Goñi y su banda comparecieron con apenas 15 minutos de retraso, y qué banda, por cierto. El fichaje de David Sanz a los teclados me parece un acierto total, por la consistencia y frescura que aporta en los temas nuevos y, sobre todo, en los clásicos; a su fiel escudero durante los últimos 15 años, el bajista Manuel Bagüés, no le vamos a descubrir ahora; y respecto a Miguel Giner (batería) cumple con creces su cometido. Goñi no se cansa de repetir que esta es la mejor formación que ha reunido (lo dice siempre en cada gira), pero esta vez, repasando todas las veces que le he visto en directo, estoy completamente de acuerdo. Siempre he pensado que no le sobraría un segundo guitarra, pero…, aun así, ayer apabulló al personal con un sonido contundente y muy rockero.
Comenzó la sesión por todo lo alto, disparando una de las balas más preciadas de su repertorio (nuevo y antiguo), la mencionada “El Anillo De Boda”, lo cual descolocó en cierta forma al personal. A partir de ahí fue alternando temas del disco recién editado, “Adictos A La Euforia”, con su repertorio más clásico; aunque tampoco se prodigó en presentar el nuevo trabajo, apenas cuatro o cinco temas. Goñi, con su verborrea habitual (sobre todo cuando se siente a gusto), “amenazó” con dos horas y media de show, y por Dios que lo cumplió a rajatabla. Lo que no nos dijo era que iba a ignorar los cinco álbumes editados entre 2004 y 2022; ni rastro de temas tan apreciables como “Tiempo Pequeño”, “Entre Las Nubes”, o “Blackjack”, entre otros, y por citar solo los singles de alguno de esos álbumes. Para compensar, fue la noche de las versiones. Esta vez, el interludio intimista en solitario que suele hacer a mitad de sus conciertos no lo hizo sentado con su guitarra acústica (que ayer no apareció por ningún lado), sino de pie, con la Telecaster y su armónica. La primera sorpresa fue invitar a su nuevo gran amigo Antonio Carmona (participante con él en un reciente engendro televisivo; Carlos, ¿por qué te dejaste liar?) para acometer “El Peligro”, acompañados de cajón flamenco. Sin solución de continuidad, reapareció el resto de la banda, con un nuevo invitado: el “profe” Javier Vela, guitarrista habitual en las últimas formaciones de Seguridad Social, para versionar el himno “sabinero” “Pongamos Que Hablo De Madrid”. Tras despedir a Carmona, aprovechando el pedazo de guitarrista que había en el escenario, acometió la segunda versión de la noche, el clasicazo de Bob Seger “Old Time Rock & Roll” convenientemente adaptada al español.
Tras un pequeño descanso, el grupo al completo volvió al escenario para acometer la última parte del concierto, una batería de sus temas más clásicos. He de decir que el público, “madurito e interesante” en su gran mayoría, no dejamos de corear y bailar ni un solo minuto, y menos aún en la traca final, poniendo el broche con una versión de “El Dorado” de unos diez minutos de duración, en la que aprovechó para presentar a la banda, a parte del stage, y dar los agradecimientos oportunos. Cuando parecía que ya había acabado el show, volvieron a colocarse los instrumentos para atacar una muy ortodoxa versión de ”Maneras de Vivir” de Leño, y descolocar al personal del todo. Para rematar la faena, tras la insistencia del respetable, con las luces de la sala ya encendidas, terminaron con “El Aire Sabe A Veneno”, intercalando varias estrofas de “Guantanamera”. En total ciento cincuenta minutos de reloj, lo prometido.
En mi humilde opinión, Goñi debería ser un poco más arriesgado con el repertorio en directo; creo que doce discos de estudio dan para mostrar una mayor variedad. Ayer fue la quinta vez que disfruto de uno de sus conciertos (desde 1996), y me dejó una relativa sensación de déjà vu; está bien que quiera complacer a sus más fieles y antiguos seguidores, pero saltarse prácticamente todo lo publicado en los último veinte años, me parece innecesario.
En cualquier caso, ¡Viva el Revolver eléctrico y cañero!… por muchos años.
P.D. En apenas ocho días, he disfrutado, y mucho, de dos formas distintas de entender el rock (Corizonas y Revolver), y solo puedo decir esto: para disfrutar de la música, de las artes, y de los placeres de la vida en general, lo más aconsejable es guardar los prejuicios en un baúl con llave, y tirarla al mar.
Dicen que rectificar es de sabios. Como se aprecia en la imagen, en el interludio en solitario se acompañó de una Fender del tipo Stratocaster. Fue cambiando de guitarra (cosa habitual en los músicos) y me he liado.
Sorry
Sin duda, un concierto fantástico.
Es verdad que se echaron en falta temas de álbumes anteriores.
Me llamó mucho la atención que el concierto abriera con » El Anillo de Boda». Es una maravillosa canción que debería haberse echo esperar.
Y efectivamente, fuera los prejuicios y a disfrutar de la buena música y de la música en directo.
REVOLVER por muchos años.
Buen concierto, buen sonido para la Riviera, perooo…. Demasiados discos en blanco que realmente no lo merecen, claro esta que todo no se puede, pero debería arriesgar un poquito mas, y si se pones cañero mas.