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«La voz de lo imposible»
Nino Bravo – Mi tierra – 1972

GRUPO: Nino Bravo
TÍTULO DEL ÁLBUM: Mi tierra
AÑO: 1972

Aún nos tienen que jurar que han pasado 50 años (¡medio siglo!) de la muerte de Nino Bravo. A juzgar por la vigencia de sus canciones, a muchos nos parece una eternidad. Pero es que hay otros que incluso creen que sigue entre nosotros. Como ejemplo, una anécdota. En las fechas previas al aniversario del accidente que segó su vida, un compañero que nació en el Mediterráneo comentaba en voz alta durante un encuentro informal la cercanía de esta efeméride. Dos treintañeros (que no han vivido precisamente en una aldea sin cobertura) se giraron sorprendidos: “¿Qué Nino Bravo ha muerto?”.

El caso es que las intergeneracionales obras de Luis Manuel Ferri Llopis (‘Manolito’ para sus amigos) no huelen a naftalina ni se han quedado apolilladas en el viejo armario de la música española. Nino Bravo dejó en herencia a todo un país un catálogo de canciones sin fecha de caducidad ni consumo preferente que parecen haber sido publicadas antes de ayer: ‘Noelia’, ‘Cartas amarillas’, ‘América América’, ‘Esa será mi casa’, ‘Libre’, ‘Te quiero, te quiero’, ‘Tú cambiarás’, ‘Contigo soy feliz’,  ‘Un beso y una flor’. Y otra que merece capítulo aparte: ‘Mi tierra’.

Aquí el artista de Ayelo de Malferit se recrea a través de unos versos que a los valencianos les ha servido para presumir de cantante, de canción y de procedencia: “mi tierra tiene palmeras” / “mi tierra tiene naranjos”. Aunque el tema, por un verso concreto (“tres mares que la besan”), podemos intuir que estaba dedicada a España como país, a pesar de que los guiños más evidentes fueran hacia la Comunitat Valenciana.

El trabajo más riguroso sobre su trayectoria lo ha plasmado negro sobre blanco Darío Ledesma, autor del completísimo ‘Nino Bravo: voz y corazón’ (Editorial Milenio). Consultamos con el autor sobre esta canción en plena dulce ‘resaca-Nino Bravo’ por la cantidad de entrevistas concedidas en torno a este aniversario. “La interpretación que se puede sacar de la letra es que refleja a España, al país a nivel general. Aunque es cierto que dentro de la Comunitat Valenciana se ha adoptado como un himno. A pesar de que nombra a esos ‘tres mares’, también habla de ‘mi tierra tiene naranjos’ y ‘mi tierra tiene palmeras’, en una mención directa” a la Comunitat’. Y añade: “Ya que no tenemos grabaciones de Nino cantando el Himno de la Comunitat Valenciana, que lo cantó en directo pero no quedó grabado, lo más parecido a un himno para los valencianos es ‘Mi tierra'».

¿Y quiénes le pusieron música y escribieron su letra? De lo primero se encargó el gran Augusto Algueró. De lo segundo, un tal ‘Gefingal’: alias de Germán Luis Bueno Brasero, un autor del que muy poco se conoce. Ledesma intuye que podría ser “un letrista de la compañía que utilizaba pseudónimo para poder publicar en distintas editoriales”. Y señala: “Muchas veces era el propio Nino quien proponía temas a los compositores. Por ejemplo, ‘América, América’ fue una petición de Nino a José Luis Armenteros y Pablo Herrero porque quería ir a América en la siguiente gira con esta canción como homenaje a sus fans y terminar sus conciertos con ella”. Por ello, “no me extrañaría que la letra de ‘Mi tierra’ fuera una solicitud del propio Nino”.

A nivel personal, los primeros recuerdos de la canción se remontan a mis años de Universidad. Un compañero de piso tenía ‘Mi tierra’ entre sus grandes éxitos de habitación. Él me defendía que podría ser la obra cumbre del valenciano. O al menos, como me apuntaba hace solo unos días por WhatsApp: “su obra más conseguida” (algo que en su día le discutí, pero hoy me rindo públicamente ante esa afirmación: lo es). Y me lo desarrollaba con tres argumentos inapelables: “1. La canción le permite un despliegue vocal muy contundente / 2. El estribillo es genial / 3. Me encanta que sea una canción a Valencia, pero que no mencione explícitamente el nombre de la ciudad en ningún momento. Mucha clase”. Nada más que añadir. Solamente advertir que no hay sospecha de pasión por paisanaje: mi ex-roomate no es valenciano, sino gallego.

Junto a la lectura del libro de Darío, hay diversas maneras de zambullirse en el universo Nino Bravo: visionar el documental ‘Nino Bravo. Vivir’ (emitido recientemente en TVE en el espacio ‘Imprescindibles’), visitar el museo sobre su vida en Ayelo de Malferit (Valencia) o peregrinar al pueblo conquense de Villarrubio para recorrer la senda donde apuró sus últimos minutos de vida, tras parar en el restaurante El Vasco donde tomó su último almuerzo.

De aquel accidente de coche hubo a quien le llegaron ecos. Conversando recientemente con Cristina, voz incombustible que triunfó en los 70′ junto a Los Stop, me confesaba que vivió una comunicación con Nino Bravo desde el más allá a través de una médium años después de su muerte. Les unía una estrecha amistad tras varias galas juntos y aquel ‘Pasaporte a Dublín’ en el que coincidieron. (Para Nino, Cristina era ‘La Nina Brava de España’). Cristina recuerda: «Pude hablar con él y me contó lo que había pasado. Iba muy rápido, a 180km/h y en la curva se le fue el volante. ‘Quina hòstia m’he ficat’ (‘Qué hostia me he metido’), me decía». Mucho nos tenemos, por suerte, que se vendrá otro medio siglo con Nino Bravo de fondo musical patrio. Hay grupos que cabe reconocerles su trabajo por mantener viva la llama. Los Seguridad Social del valenciano José Manuel Casañ cuentan con sendas versiones de ‘Un beso y una flor’ y ‘Mi tierra’ en versión reggae-rock tan recomendables como celebradas en La Terreta.

Nino Bravo se fue, pero nos dejó jurado por escrito y en un estrofa que mañana volvería. Su manera de permanecer es comprobar cómo las discotecas de Valencia, cuna de la Ruta del Bakalao, conceden la última canción a ‘Un beso y una flor’ para éxtasis del personal.

Y es que la de Nino es una voz que ha estremecido a varias generaciones. La que hizo que se multiplicaran las Noelias en el Registro Civil. La que alcanzó lugares vocales desconocidos, que parecían imposibles de conquistar. Como imposible parece haber dejado tanto hit en la fonoteca con apenas un lustro de carrera musical. Imposible salvo para él. Para Nino Bravo.

Víctor Blanco

3 thoughts on “«La voz de lo imposible»
Nino Bravo – Mi tierra – 1972

  1. Preciosa crónica, pero para mí la canción estrella de esta maravillosa voz es Libre. Hay muchas versiones sobre su significado, yo me quedo con la del campo de concentración. Lo bonito de esta vida y de la música es que » para gustos los colores»

  2. El gran Nino Bravo, su música sus canciones y su VOZ, impresionante que nos hacía soñar en esos mis años jóvenes.
    No sabría decir una de sus canciones más bellas que otras, un artista irrepetible

  3. Qué Gran Aporte hizo Nino Bravo al Arte..
    .en Venezuela, en Maracaibo todos los domingos es «una fija»..en la radio…y así ha sido desde que vivía….
    Bueno ..aunque aún Existe….
    Evaristo Pérez-Suárez

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