“¡Triglicéridoman!”
Los Inhumanos – Quiero volver con mi Mamá – 2006
GRUPO: Los Inhumanos
TÍTULO DEL ÁLBUM: Quiero volver con mi Mamá
AÑO: 2006
Tocaba analítica. Más de dos años sin pasar por los vampiros de bata blanca y una edad comprometida-amén de las presiones maritales- me decidieron a pedir cita en mi centro de salud.
Dicho y hecho. Pinchazo, extracción y alea jacta est.
No había abandonado el centro en cuestión cuando recibí una alerta de mi smartwatch: mi frecuencia cardiaca era de 00 lpm. No llegué a perder la calma, pero si con premura reinicié el reloj. Pasados unos minutos eternos, el dispositivo me lanzó idéntico aviso: 00 lpm.
Del mal el menos. Estaba rodeado de sanitarios que podrían comprobar mi estado y, en caso de necesidad, tomar las medidas oportunas.
Mi médica, una excelente profesional, pero que tiene ese carácter que tan bien define la expresión “no tengo el chichi pa’ farolillos”, comprueba que estoy vivo y que lo que me ocurre es que soy medio gilipollassss… ¡no pasa nada! Promete llamarme en una semana para darme los resultados del análisis.
Ocho días después, suena el teléfono y me pilla desayunando en un bar huevos con patatas y chistorra y unos torreznos. Para beber, un tubo de licor de hierbas que he oído que es bueno para mitigar el calor.
Es mi doctora.
- – ¡Elpidio!
- – Al aparato -respondo mientras engullo un buen pedazo de chistorra empapada en yema de huevo.
- – Su análisis es correcto – me dice con lo que a mí me parece cierta pena o decepción.
- – Guay -digo atragantándome.
- – Hígado, bien. Riñón, bien. Azúcar, bien. Colesterol, óptimo y triglicéridos, perfectos.
Alborozado pido que me recarguen el tubo de licor de hierbas.
Ella, que lo oye, me pregunta si realmente ha escuchado bien y estoy a las nueve de la mañana empujándome mi segundo copazo.
La complazco y le respondo que el desayuno es la comida más importante del día.
Me cuelga y deja en mi un poso de desesperanza. Tengo la terrible sensación de que no se alegra de mi fabulosa analítica. Lo que me transmite es paradójica: un médico que no se alegra del bienestar de su paciente…
Sintiéndome un súper héroe digno de Marvel, pido un flan con nota para cerrar con una nota dulce mi ingesta matutina.
Al móvil me llega un WhatsApp. Es de un viejo colega que me manda las fechas de las fiestas de su pueblo y un temazo, el Alcohol, alcohol, alcohol de los Inhumanos.
Me levanto como un resorte y me pongo a bailar como un puto loco el mítico tema. El resto de los ocupantes de la terraza me miran; creo que les flipan mis pasos de baile. Estoy pasándomelo como un mono con un lápiz, hasta que mi smartwatch me manda una sincopada notificación. Mi frecuencia cardíaca vuelve a ser de 00 lpm.
Pago el brunch y me pillo un Uber al centro de salud. ¡Esto no puede ser normal!