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La corresponsal “Terete”
Concierto de RAYDEN – WiZink Center – 02/12/2023

GRUPO: Rayden
UBICACIÓN: WiZink Center
FECHA: 02 de diciembre de 2023

Rayden, sempiterno

Sempiterno (sempiternus): que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

Sábado 2 de diciembre. Plaza de Felipe II, 10:43h. Relojes sincronizados. Casi un año de espera desde que compré las entradas para disfrutar del segundo y último Wizink de Rayden. Desde que el alcalaíno anunció su retirada de los escenarios, esta fecha se convirtió clave para él y su público. Una última gira bajo el título Quiero que nos volvamos a ver… por última vez. Duele y emociona a partes iguales.

A las puertas del templo, cada hora de cola aumentaba los nervios y la emoción por escucharle. A punto de abrir las puertas, las persianas del merchandising se alzaron para hacernos con la camiseta de un concierto histórico –otro más.

Todo preparado: control a la entrada, enseñamos el QR de las entradas, bajamos las escaleras y el corazón entra en taquicardia permanente. La pista empezaba a llenarse poco a poco hasta completar el sold out. Las luces se apagan y comienza una cuenta atrás de cinco minutos. Cinco, cuatro, tres, dos, uno… Nos rendimos.

Apareció sobre el escenario un Rayden y una banda más segura y firme que en el WiZink de hace dos años. El artista llevaba una camiseta de lentejuelas que le hizo brillar desde el primer segundo y que con una sola frase consigue hipnotizarte. El rumbo de tu mirada, marcado por la música y su voz.

La patria de los ausentes fue el primer tema de un repertorio de más de 30 canciones. Más de dos horas con la piel de gallina y escalofríos constantes. Un viaje por canciones de hace años, pero llevando su último álbum, La victoria imposible, al disfrute máximo. Y es que Rayden lo advirtió: cada uno de nosotros habría llegado al concierto con sus emociones, con su propia mochila; pero canción a canción, todos llegaríamos a una sensación común.

La actuación tuvo varias colaboraciones como Tanxugueiras, Travis Birds y Andrés Suárez, entre otras. Los pies se movían solos, la gente coreábamos en todas las canciones como si la vida se nos fuese en ello porque sí, en cierto modo, algo se nos iba a ir esta noche. Una banda entregada a cada uno de los asistentes que te hacían sentir en una pequeña sala de conciertos a pesar de las dimensiones del palacio de deportes.

Hubo de todo: palmas, bailes, globos, mucho confeti, lloros y hasta una pedida de mano. Otra ocasión en la que Rayden, no solo con sus canciones, denunció situaciones políticas y sociales en las que más de uno podría abrir las orejas y escuchar más.

Disfrutón y emocionado, el artista se arrodillaba ante un público rendido. Agradecido de trabajar con su banda quienes son sus amigos. Una banda que ofrece un directo impresionante y que lleva temas como Ubuntu, Animales de sombra y Multiverso a otra categoría de directo. Sin exagerar.

Canción a canción, el concierto iba a más. Sabíamos que se acercaba el final en pleno estado de levitación. Sonaron los acordes de Matemática de la carne sabiendo que era el cierre. Con la poca voz que nos quedaba cantamos nuestro ‘más sentido bésame, besayúname’, llegando al mayor de nuestros ‘clímax, final feliz’.

Ovación final, el aplauso eterno. El sonido de un pacto entre él y su público. Un pacto en el que sus canciones seguirán poniendo banda sonora a nuestras vidas en las que siempre estará presente la palabra. La palabra cantada, pero ahora la escrita en sus novelas. Porque no hay mayor coherencia que ser sincero con uno mismo. Vivan las vocaciones, lleguen cuando lleguen.

Larga vida a la música en directo y a los músicos que así la cuidan. Esa música como la de Rayden que, habiendo tenido principio, no tendrá fin. Sempiterna.

Marta Miguélez

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