«El Corresponsal Espectador Anónimo»
Simple Minds – Once upon a time – 1985
ARTISTA: Simple Minds
TÍTULO DEL ÁLBUM: Once upon a time
AÑO: 1985
LA FACTORÍA DE BOBBY (II)
Cuando se publicó este excelente álbum, Jim Kerr y sus muchachos ya eran una banda con una larga trayectoria y éxito multitudinario. Desde su fundación en 1977, procedentes de la inagotable cantera musical escocesa (en este caso Glasgow), habían editado varios álbumes, en los que se aprecia cierta evolución desde la new wave a los alrededores del techno o synth pop, culminando en lo que podríamos denominar himnos de estadio. Justo antes de que este álbum viera la luz, pegaron un enorme pelotazo a nivel mundial con el tema principal de la banda sonora de la película para adolescentes “The Breakfast Club” (titulada en España como “El Club de los Cinco”), el archiconocido “Don´t You (Forget About Me)”. Dado que no podían incluir dicho tema en el álbum, prácticamente lo replican con el título que abre el disco, “Alive and Kicking”.
Son solo ocho temas, pero con solo escucharlo una vez, se aprecia que no hay ninguno de relleno: “Ghost Dancing”, “Oh Jungleland”, “Sanctify Yourself” … son auténticos cañonazos que retumban en la memoria una vez escuchados; buena culpa de ello la tiene la millonaria y cuidada producción a cargo de Jimmy Iovine, y, cómo no, Bob Clearmountain, del cual ya comenté parte de su curriculum (The Rolling Stones, Bryan Adams, Springsteen, Bowie, McCartney, Hall & Oates, Roxy Music, Men At Work, Pretenders, The Cure, The Who, Deacon Blue …).
Algunos reprochan a la banda que este sea su álbum más comercial (para los puristas, vender discos a millones es traicionar… nosequé gilipollez). Para los aficionados indocumentados (como yo), este disco es, simplemente, su obra cumbre. La mezcla perfecta entre Depeche Mode y U2, dos de los referentes de la época, que curiosamente también siguen en activo… por algo será.
El espectacular sonido que reviste las acertadas composiciones de Kerr-Burchill-MacNeil, constituye una buena muestra de lo que se estilaba a mediados de la década de los ochenta, cuando había pasta – y talento – de por medio. Baterías contundentes, teclados épicos a cargo de Michael MacNeil, las guitarras de Charlie Burchill con múltiples efectos, y un potente sonido de bajo, al servicio de la voz Jim Kerr [casado en esa época nada menos que con Chrissie Hynde].
La carrera de estos escoceses sigue activa hasta nuestros días, permaneciendo inalterable el dúo Kerr-Burchill, con los correspondientes altibajos propios de una trayectoria larga. El cambio de siglo no les fue tan propicio en cuanto a éxitos, pero han seguido editando trabajos con cierta regularidad, sobre todo recopilatorios y reediciones, y no han parado de girar en todo este tiempo.
La voz de Mr. Kerr ya no es lo que era, lo cual han suplido acertadamente con la incorporación de voces femeninas a los coros. También se han ocupado de actualizar sus temas más épicos y, en cierta forma, han adaptado su sonido a los tiempos actuales.
Lo que quedará para siempre son una buena colección de temazos imperecederos, y la influencia, reconocida o no, en numerosas bandas en los últimos veinte años.
Luis Guilló
Corresponsal Espectador Anónimo… más de cuatro décadas viendo, escuchando y sobre todo, disfrutando de la música.
Dices que es resultado de la mezcla entre Depeche Mode y U2, yo pienso que ellos son el ingrediente principal en la mezcla que da origen a U2 y Depeche Mode de los 90s. Te recomiendo escuchar sus primeros 4 discos donde combinan el dance y el krautrock de manera magistral. Y si oyes espalda con espalda el New Gold Dream y el Unforgettable Fire entenderás lo que digo.
Once upon a time una de esas joyas de los 80 con 8 canciones que es básicamente imposible decidir cuál es la mejor.