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«Capitán Haddock»
Nick Cave & The Bad Seeds – Wild God – 2024

GRUPO: Nick Cave & The Bad Seeds
TÍTULO DEL ÁLBUM: Wild God
AÑO: 2024

Cantares de fe y esperanza

Este disco es profunda y alegremente contagioso. No son cualidades que se asocian directamente con la trayectoria de Nick Cave y sus “Malas Semillas”. Pero así lo asegura el proprio músico australiano. Y es verdad. Atrás quedan, si es que pueden alguna vez hacerlo, tiempos oscuros de tragedias familiares que han golpeado terriblemente a este artista en los últimos años. Cave perdió en 2015 a su hijo Arthur de 15 años, víctima de un accidente fatal tras caerse por un precipicio, y más recientemente a su hijo Jethro y a su antigua novia y compañera en los Bad Seeds, Anita Lane. Y a pesar de todo, este es un disco de esperanza, de fe.

Nick Cave ha encontrado la fuerza para completar un trabajo, su álbum 18 con los Bad Seeds, que ya desde su primera escucha te hace sentir bien, que te levanta el ánimo llevándote a los cielos. Un álbum uplifting que dirían en inglés. De manera más rotunda, y mucho mejor, lo dice The Guardian en su crítica del disco: “Esta obra maestra te hará volver a enamorarte de la vida”. Nada más y nada menos.

La fuerza arrolladora de Wild God aparece a los 30 segundos del primer tema (y mi favorito), la preciosa Song of the Lake, en forma de coros no cantados por coristas al uso, sino por voces celestiales que marcan el estilo del disco y que subliman todo el álbum.

Nick Cave no es un dios salvaje, a pesar de que su carrera haya sido indómita, de artista maldito y heroinómano durante 20 años. Más bien parece un predicador del lejano Oeste en su caravana portando mensajes de esperanza y de superación. De hecho, se ha convertido en una especie de guía espiritual para sus fans a través de su página (www.theredhandfiles.com) en donde da conforto moral y fuerza a sus seguidores, acompañándoles en sus dudas y devaneos existenciales.

El peregrinaje tras el predicador acabaría en el Sur profundo americano, pudiera ser en Alabama, en una iglesia solitaria de madera pintada de blanco en la que canta una coral de góspel. Y ahí, entre coros grandiosos que se elevan a los cielos, se produce la catarsis a la que nos lleva Nick Cave con este álbum.

Además de los sublimes coros, técnicamente el disco suena muy bien, con los Bad Seeds reforzados con el bajista de Radiohead Colin Greenwood. Por otra parte, la voz de barítono de Nick Cave parece haber tomado nuevas dimensiones. En la canción Frogs, por ejemplo, creo estar escuchando a Bowie.

Final Rescue Attempt está marcada por un repetitivo sintetizador que da un toque etéreo. Los coros esta vez nos transportan, en algún momento, a un western con música de Ennio Morricone mientras Nick Cave jura una y otra vez amor eterno. Y se siente creíble.

O wow o wow (how wonderful she is) tiene pinta de ir a convertirse en un clásico, como fue la célebre balada Into my arms, de la banda sonora de la maravillosa película About time (2013), cuando el personaje interpretado por Bill Nighy le pide a su hijo que pongan esa canción en su funeral. Esta vez se recuerda a Anita Lane, que murió en 2021 y de la que se oye la voz en un mensaje banal grabado en el teléfono, lo que da un toque más íntimo y emocionante al tema. A notar el uso del presente al referirse a Anita que da la idea de que para Cave está presente y sigue siendo maravillosa.

La gospelianísima As the waters covers the sea, que cierra el disco de manera espléndida, es una simple y bella canción que se refiere directamente a un pasaje de la Biblia. Y un dato curioso: la balada Long Dark Night se inspira en el poema Noche oscura del alma de San Juan de la Cruz. Preciosa y emotiva la voz de Nick Cave, por cierto.

Pero el momento culminante del disco es el tema Joy. Esta canción, que se inicia con un piano y atmósfera melancólica va creciendo en intensidad. Cuenta la historia de un espíritu, con zapatillas de deporte, que se le aparece a Cave por la noche y le dice que ya han tenido demasiada pena y que es el momento de la alegría. Y este preciso instante marca la transformación de Cave que repite la palabra joy, casi como un mantra, y en algún momento parece que lo hace sonriendo. Y entonces, tras suplicar misericordia, toma energía para anteponer a la negatividad del mundo la fuerza universal del amor en forma de estrellas, “metáforas triunfantes del amor” que iluminan las sombras. Amen.

Gracias a M, apasionado “Nickcavista”, por haberme descubierto esta joya.

Nick Cave and the Bad Seeds tocarán el 24 de octubre en Barcelona y el 25 en Madrid.

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