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“El Corresponsal indie. Discos que nos hicieron sufrir (Entrega 2)”
Laura Pausini – Laura Pausini – 1994

ARTISTA: Laura Pausini
TÍTULO DEL ÁLBUM: Laura Pausini
AÑO: 1994

Discos que nos hicieron sufrir (Entrega 2) El Corresponsal Indie

No todos los discos que nos hicieron sufrir carecen de valores musicales. En este caso, yo no fui capaz de apreciarlos y creo que ya no es momento de pasar del rock alternativo a la canción melódica.

Vaya por delante que no tengo nada personal contra Laura Pausini, es más, podría decir que me cae bien, parece simpática, vitalista, y, evidentemente tiene una carrera musical exitosa, aunque alejada de mis gustos.

Mi historia de sufrimiento con Laura la tuve por persona interpuesta.

Mediados de los 90, yo vivía en un mundo paralelo donde reinaban Nirvana (hasta la muerte de Kurt Cobain), The Smashing Pumpkins, Garbage, The Stone Roses o Blur.  No destaco por mis dotes viajeras, así que, no veía necesario viajar a otros universos musicales, y, en todo caso, si por algo destacamos los indies es por pensar que lo nuestro es lo bueno, lo verdadero y lo más puro.

Como ya he contado alguna vez, (concretamente en https://vinylroute.com/2021/05/05/smashing-pumpkins-siamese-dream-1993/) mis éxitos amorosos eran escasos, tenía mucho amor que repartir, pero sin destinataria.

En estas circunstancias se cruzó en mi camino Mari Carmen. Estudiante de Veterinaria, morena, ojos verdes, guapa a su manera (podéis tomarlo como un eufemismo), con un Renault Twingo rojo donde guardaba en la guantera su posesión más preciada, la versión para el mercado español del primer disco de Laura Pausini en formato casette.

Mari Carmen era lo que se conoce como una enamorada del amor, le gustaba más la experiencia romántica que el objeto de esa experiencia, vamos que yo le gustaba regular, pero le gustaba la sensación de tener novio. También disfrutaba con la tarea que se había propuesto, convertirme en un adicto a las baladas románticas. Quería que abandonara todo esa música ruidosa e incomprensible; con lo bonito que era el amor no acababa de entender como un hombre joven y aparentemente sano podía disfrutar de algo que ella veía como enfermizo, oscuro y un pelín sórdido. Entrábamos en el coche y desde el primer minuto la joven Laura cantaba sus andanzas amorosas, la dejaban, se sentía sola, él no estaba por ella, todo un torbellino de emociones que a mí me ponía dolor de cabeza por, eso le he descubierto de mayor, pura empatía.

Cada vez que utilizábamos su coche en parado (esto lo leen mis hijos y no quiero darles información que no necesitan oír), la voz de Laura Pausini acompañaba nuestras evoluciones. Mi tamaño, grande, combinado con el tamaño del coche, pequeño, hacían que aquello pareciera una versión Tetris del Kamasutra. La falta de espacio, los calambres en las piernas y en la espalda, el grito deseperado de Laura “Se Fueee, se fueee” no ayudaban en nada a mi concentración y mi rendimiento se vio claramente mermado. Había que hacer algo.

Mis lectores y mi cohorte de admiradoras saben que soy un tipo con múltiples recursos y ahí lo demostré una vez más. Hablé con unos colegas del barrio que andaban en el negocio de los radiocasetes para que hicieran desaparecer el del Twingo de Mari Carmen.

Un sábado por la mañana me llamó Mari Carmen llorosa, le habían robado el “loro”, me hice de nuevas, insulté a los malnacidos que habían osado hacer eso a mi amada y le dije que si quedábamos esa noche intentaría compensarla.

Esa noche, sin Laura Pausini cantándome sus desdichas al oído, me convertí en un atleta contorsionista-sexual, se abría un nuevo mundo ante mis ojos y no tenía a ella de banda sonora.

Esa etapa de florecimiento sensual duró dos semanas escasas. Poco después, Mari Carmen pasó por mi casa a recogerme y justo al sentarme pude ver en el salpicadero un Pioneer de 100W reluciente. Pulsó el play y en ese momento me di cuenta de que tenía que haber dicho al Patas y al Chino que ampliaran su negocio a las cintas de casette, Laura arrancó a cantar a puro pulmón “Se fueee, se fueee”. Miré a Mari Carmen a los ojos, abrí la puerta, me preguntó; “¿Qué haces?” y respondí: “Me voy, Mari Carmen, me voy”.

3 thoughts on ““El Corresponsal indie. Discos que nos hicieron sufrir (Entrega 2)”
Laura Pausini – Laura Pausini – 1994

  1. Jajajaja vaya cosas te pasan Indie. Que conste que a mi también me cae muy bien la Paussini, diría que me parece genial la tía, pero yo la sufrí por medio de una adolescente que entre el «se fue», el «sufre mamón» y Alejandro Sanz en cualquiera de sus canciones, nos tenía la cabeza loca, aún más de lo normal.

  2. Indie, si que Laura influyó en tu relación con Mari Carmen.
    Hasta su «se fue, se fue», lo clavó el día que apareció tu chica con el Pioneer de 100W, de nuevo con la voz de la Pausini, y tú diste la espantada. Supongo que de ahí viene aquello de… Hasta luego Mari Carmen.
    Pobrecilla la criatura, espero que haya leído tu crónica y haya entendido el por qué de tu huida!!

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