“Chicas, música, alcohol y tabaco”
La Brigada Lincoln – La Brigada Lincoln – 1986

GRUPO: La Brigada Lincoln
TÍTULO DEL ÁLBUM: La Brigada Lincoln
AÑO: 1986

Nos conocimos en la trinchera. Javier y Germán. Germán y Javier. Tras pocas palabras, nos dimos cuenta que nuestro bando era el mismo: el de los que hacen la guerra por su cuenta. Entre los silbidos de las balas y morterazos, promocionamos de soldados rasos a generales de la diversión.

Compartimos amores, canciones, copas y cigarros. Él me presentó a su pequeño harén y yo hice lo propio con el mío. Las amigas de mi amigo son mis amigas.

Subimos a un altar a Enrique Urquijo y a José María Granados. Y crecimos. Para mí el de La Brigada Lincoln, para ti el de la portada chula de Elvis.

La guerra continuaba, pero a nosotros lo único que nos interesaba era saber dónde y con quién íbamos a tomar la siguiente cerveza, la copa o el chupito y, entre nubes de nuestros Kruger, nos descojonábamos de lo hecho, de lo que estábamos haciendo y de los planes que pergeñábamos.

El ruido de las explosiones pasó a formar parte de la banda sonora de nuestras vidas, buscábamos el lugar del último pepinazo y nos escondíamos de todo y de todos. Un único objetivo: disfrutar de cada minuto como si fuera a ser el último.

Sin pretenderlo ganamos muchas batallas, sobre todo, en el frente de Guadarrama. También, esporádicamente, luchamos en la línea de costa y, mal que bien, salimos airosos. Muchas veces por los pelos, pero -lo que cuenta es lo que cuenta- con la última bala siempre en la recámara.

Tenemos el don de la supervivencia, del ingenio que emana de la presión y del “Dios proveerá”.

La tropa nos admira y los mandos nos envidian. Las chicas, simplemente, se desconciertan y en ese desconcierto suelen pedir plaza como voluntarias en nuestro ejército binario, nuestro particular ejército de base dos: Javier y Germán, Germán y Javier.

Las condecoraciones -que las tenemos- brillan nuestra memoria y nos recuerdan quiénes somos y por qué lo somos. Y somos lo que somos.

Hemos mamado de los mismos pechos, literal, de las mismas botellas, de los mismos vinilos, de los mismos… no sé, pienso en eso de en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza y solo se me ocurre terminar de una manera: ¡qué pena que no seamos homosexuales!

Postdata: La Brigada Lincoln fue un rara avis que cuando no se llevaba tanto editaron este mini LP con los colores de la bandera republicana en la carpeta. A nadie escandalizó ni nadie hizo bandera política de su propuesta. Los 80 fueron años de libertad y creatividad sin tanto ofendidito y sin tanta superioridad moral. Cada uno hacía lo que le brotaba y punto.