«Un estribillo dosmilero»
Estopa – Estopa – 1999
GRUPO: Estopa
TÍTULO DEL ÁLBUM: Estopa
AÑO: 2016
Un estribillo dosmilero
“Vuelve al lugar donde eres feliz”. Así de nostálgico y sugestivo reza el lema de un festival de música protagonizado por grupos de los 2000’s que desde hace un lustro consigue en cada edición un éxito mayor de crítica y público: ‘Love the Twenties’. Un punto de encuentro anual para más de 30.000 millenials que ya no esconden un fanatismo pretérito por Fran Perea, desempolvan sus fotos con camiseta ombliguera para postearlas en Instagram y confiesan haberlo apostado todo a la técnica por excelencia de la época para ligar: aquello de ‘dar toques’ (llamadas de teléfono con un solo tono de vida) al pretendido o pretendida. Porque a muchos de los que hoy bailan entre los 30 y los 40 años, ya no les avergüenza recordar sus frases del estado del Messenger, la cadenita de plata anclada al cinturón y todas las letras de Álex Ubago fijadas en la memoria.
En esto de la nostalgia dosmilera, la música se lleva una buena parte del pastel. Durante este 2024 se cumple el 25 aniversario de un disco que removió especialmente a aquellos adolescentes hambrientos de música en español para poder cantar sus letras: Estopa. Los hermanos Muñoz se presentaban ante el público con los mismos vaqueros y zapatillas que podían vestir los jóvenes de la época, idénticas expresiones que usaban en su día a día y letras con historias que podían pasarle a cualquiera. Quizá por eso conectaron a la primera y, en muchos casos, para siempre. Lo hicieron sin grandes pretensiones y nulas esperanzas de un futuro musical exitoso. Lo reafirma Jordi Bianciotto, autor de ‘El libro de Estopa’, la primera obra en que los hermanos Muñoz repasan sus memorias: “Siempre tuvieron un punto de incredulidad muy fuerte, incluso cuando el disco ya había funcionado”. El resultado fue un récord de ventas para un grupo español en su disco de debut: 1.200.000 copias. Un álbum que marca el inicio de una segunda edad de oro para el pop español, a las puertas de una década cuya falta de clichés le provocaría una resistencia a la oficialidad. Tras Estopa, llegaron Amaral, El Canto del Loco, Pereza y el estallido de La Oreja de Van Gogh, con un disco fetiche para el sonido dosmilero: ‘El Viaje de Copperpot’.
Existen otras señales que apuntan a esta tendencia de reivindicar musicalmente la década de los 2000’s: el regreso de artistas a los escenarios tras años en la nevera (Sonia y Selena, Pignoise, Kate Ryan, David Civera, Coyote Dax) y los perfiles en redes sociales que comparten hoy recuerdos dosmileros para cientos de miles de seguidores (@NostalgiaMillenial, @Generacion_Millennial).
Todo ello nos conduce a plantearnos la siguiente reflexión. Si en términos musicales hablamos de los 70’s, los 80’s y los 90’s…¿podemos hablar ya con la misma categoría de los 2000’s? Consultamos de nuevo con Jordi Bianciotto, periodista y crítico musical, quien apunta a un déficit de iconos dosmileros por lo heterogéneo de los grupos de esta década: “La nostalgia es un fenómeno que alimenta cíclicamente a la cultura pop” y “los 2000’s son una época que parece haber quedado más descolgada” porque “no tiene un estatus icónico tan pronunciado y tan remarcado como los 80, que han quedado muy dorados y míticos”. Y es que hablamos de una oferta musical en la que podían coincidir en la misma lista el ‘Malo’ de Bebe’ y la ‘Carolina’ de M-Clan.
Fernando Martínez ‘Fernandisco’, locutor de radio musical y presentador en los 90 de la versión televisiva de ‘Del 40 al 1’ en Canal Plus, lo tiene claro: “Los 2000 ya tienen un hueco en el túnel del tiempo. Ha costado mucho porque los 80’ y los 90’ aún tienen mucho tirón”, pero “cuando se reconoce que ‘Sueño su boca’ de Raúl está ya en la cultura de todo el mundo”, pasa a ser “un clásico” aunque “muchos no lo quieran reconocer. Son canciones que nos parecen muy recientes pero tienen casi 25 años”. Y añade: “En España se produce un hecho único a nivel europeo: 80’s, 90’s y 2000’s coexisten de forma natural, como si estuvieran unidos por un imperdible”.
La fotografía concreta que podemos revelar sobre el perfil de melómano dosmilero tiene hoy entre 33 y 38 años y se ha refugiado en el revival de esta época musical por dos motivos: no se siente identificado ni cómodo en los ritmos urbanos, de música latina y reguetón que hoy arrasan, y tampoco acude ya a los sonidos ochenteros de la Movida Madrileña, en este caso porque quizás ya los tenga experimentados. En algún momento de su adolescencia tuvo discman como reproductor estrella de música, vivió con fervor la primera edición de ‘Operación Triunfo’, sus mañanas del sábado sonaban a ‘Música Sí’ de fondo en la televisión, vistió pantalones anchos, camisetas de El Niño y Rottweiler y actualizaba con frecuencia sus perfiles en las incipientes redes sociales del momento: Tuenti y Fotolog. Hoy ha cambiado sus hábitos de ocio tras las restricciones horarias de la pandemia y abraza el tardeo, arrancando mucho antes sus salidas durante el fin de semana.
Una generación de treintañeros que comparten recuerdos de una adolescencia común, buscan sentirse identificados bajo unas mismas aficiones pasadas y entonan al unísono una frase que perdura en el tiempo y permanece indeleble en la memoria: un estribillo dosmilero.