VinylRoute

Web de música, entrevistas y crónicas

«Arderéis en el infierno»
Los Rodríguez – Mucho Mejor – 1995

ARTISTA: Los Rodríguez
TÍTULO DEL ÁLBUM: Mucho Mejor
AÑO:  1995

Madrid, finales de junio.

En la calle, los semáforos sudan y el asfalto se reblandece a primera hora de la tarde. Hace calor, hace calor… y el futuro pinta feo, seguirá haciendo calor.

La sede central de VinylRoute, que está sin aire acondicionado, se ha transformado en un horno de resentimiento. El conflicto estalló cuando comunicaron que este fin de semana había que venir a currar por culpa de un proyecto secreto del mejor cantante del mundo, Miguel Costas. La plantilla, sudorosa y cabreada, se plantó en la puerta con abanicos, pancartas y botellas de agua del Mercadona: “¡No sin mi aire!”, coreaban entre jadeos y amenazas de baja. Pero la realidad es la que es, la empresa de reparación del aire no viene hasta el lunes.

En paralelo, los dos gerifaltes, reunidos en videollamada, tratan de gestionar el incendio. El del batín de seda, en alguna mansión con piscina infinita, expone su ocurrencia mientras el mayordomo le abre otra Mahou criogenizada y se la acerca a su colchoneta hinchable.

– Vamos a darle la vuelta al asunto. Les decimos que lo del aire era una cortina de humo. Que lo estábamos ocultando porque… ¡tachán! ¡vuelven Los Rodríguez! Y van a dar un concierto privado para los empleados en la azotea. El que no trabaje el finde, se lo pierde.

Silencio. El murciano, alzó una ceja incrédula desde su chiringuito de la Manga del Mar Menor. Se le había abierto el apetito, pidió otra Estrella Levante, una ración de michirones y otra de paparajotes.

—¿Los Rodríguez? Pero si Calamaro no se habla con nadie. Eso es imposible.

—Por eso, —insistió el del batín, con una sonrisa pícara—, ¡será histórico! Aparecen Calamaro y Ariel Rot con los Alarmantiks de apoyo y abren con “Mucho mejor”. Que la fiesta empiece con ese “hace calor, hace calor”, es un mensaje que ocultará sudores anteriores. Y luego ya, como cosa mía, metemos extras: camareras con tirantes, alcohol de todo tipo, enanos, confeti; un guiño a las fiestas del lobo de Wall Street.

El murciano carraspeó.

—Le has llamado ya, ¿verdad?

—Correcto, —dijo el del batín mientras hacía un gesto al mayordomo para que nadara con otra cerveza hacia él. —Ariel Rot nos debe un favor por esa entrevista que le hicimos. Desde que salió en VinylRoute le han vuelto a llamar de RTVE y le llueven las ofertas. Me ha dicho que contemos con él y que se trae a Calamaro de la oreja.

Poco después, en la oficina, uno de los huelguistas puso el altavoz del móvil para que escucharan el resto. ¡Vamos, a trabajar todos, coño! ¡El que se despiste más de cinco minutos se queda sin concierto! Alea jacta est.

Hubo un silencio breve y, por un momento, todos se miraron en silencio. Luego alguien gritó:

—¡A mí si me traen a Calamaro y Ariel con los Alarmantiks, les hago hasta un Excel con cariño!

Y así, entre huelgas, calor y delirios empresariales, Madrid arde.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *