«Me pica un huevo»
Siniestro Total – Sexo Chungo – 1983
GRUPO: Siniestro Total
TÍTULO DEL ALBUM: Sexo Chungo
AÑO: 1983
DISEÑO: Óscar Marine
Garito. Dos de la mañana (cuando en los garitos se podía estar a las dos de la mañana). Suenan los Hombres G. Chica acodada en la barra. Se le acerca un tío que intenta emular en los andares a John Wayne (parece escocido), mirando de abajo a arriba (él se cree James Dean, pero realmente se parece a Martin Feldman) y se planta delante de la chica en cuestión y le espeta: “eres una chica muy mona”. Si a ti, chica, mentalmente te brota: “que vivía en Barcelona” es que tienes más de cuarenta tacos y conoces de sobra a los Siniestro total.
Los Siniestro, una banda que se desayunaba a los Sexpistols en sus boles de cereales, porque, reconozcámoslo, los gallegos son más punk, más graciosos, más irreverentes, y, sobre todo, más prolíficos que los británicos. Son la incorrección política hecha carne y verbo.
Desde sus comienzos (como Mari Cruz Soriano y los que tocan el piano) y hasta la marcha de Miguel Costas, estos chicos han llenado de himnos nuestras cabezas y nos han permitido bailar sobre tumbas, cantar a las tetas de su novia, matar jipis en las Cíes o saludar al homosexual con un ¿¡qué tal!?
En el single que presentamos (es el primer single que presentamos), los Siniestro recurren a Elvis (¿Os acordáis de la portada que subimos el 28 de febrero? Echarle un vistazo) o a The Clash (llegará a nuestra páginas). El diseño gráfico concuerda más con los segundos, pero en vez de reventar un bajo contra el suelo, los Siniestro se deciden por una gaita. Corría (debía tener prisa) el año 1983 (el London Calling se editó cuatro años antes). La portada la firman la propia banda y Óscar Marine (premio Nacional de diseño 2010) que se encargó del diseño de todos los discos de la banda, alguna de los Nikis y alguna de los Rodríguez.
La primera cara (las dos son caras b) es una composición de Julián Hernández, Me pica un huevo, la segunda es obra de Miguel Costas, Sexo chungo.
Los temas, compuestos a la misma velocidad que son cantados y tocados, rebosan del toque gamberro que caracteriza a una banda aún en activo, pero ya sin el activo y atractivo Miguel Costas.
Sea como fuere, os tenemos que ir dejando no sin pensar en el gran problema del astronauta protagonista de Me pica un huevo… Imaginaos: ¡¡Cien millones de espectadores y yo sin poderme rascarme los cojones!!
Mi yo jovencito había visto la luz literalmente 2 días antes, así que cuando, ya sabiendo lo que buscaba, revolvía entre los LPs de los Discoplays y Madrid-Rock de los felices 80 y veía la portada del London Calling de los Clash pensaba, inocente, «¡anda, si es como la portada del me-pica-un-huevo!».
El single es digno de recordarse por otros 2 motivos. El primero es que las malas lenguas apuntaban en que fue la causa directa de la remodelación de la parrilla de programación de la entonces llamada «Radio El País», que pasó de ser una emisora «enrollada» en donde se escuchaban habitualmente canciones de la «movida» como las de este sencillo a ser una radio corriente de noticias y economía debido a las protestas de la marca de ropa interior mencionada explícitamente en las letras, la cual se vendía en unos grandes almacenes que a su vez eran grandes anunciantes en el grupo mediático de la cadena.
Y el segundo es que fue el último lanzamiento de la banda con el ya difunto Germán Coppini haciendo de voz solista. En los videos del tema ya se le puede ver con el look decadente de su inminente fase de «Golpe Bajo».
Con la perspectiva de los años es cierto que la banda sin Miguel Costa «no es lo mismo», pero de algún modo su momento actual con el miembro fundador Julián Hernández a la cabeza conecta como nunca con mi yo cincuentero. La mala leche esta vez «cultivada» y sin estridencias fáciles pero igual de surrealista y demoledora.
Queda por ver la que se liará cuando el feminismo de militancia agresiva vuelva a «salir de caza» entre las canciones de los 80 y, además del «La mataré» de Loquillo o el «Sí, sí» de los Ronaldos, se de de bruces con «Las tetas de mi novia». Guardemos las palomitas para el momento 😉