«El corresponsal Indie»
Los Planetas – Una semana en el motor de un autobús – 1998

GRUPO: Los Planetas
TÍTULO DEL ALBUM: Una semana en el motor de un autobús
AÑO: 1998
DISEÑO: Javier Aramburu

Novedades Carminha canta “Aunque te gusten Los Planetas como a todos los puretas, yo te quiero igual”.

Me declaro culpable, me gustan Los Planetas y, evidentemente, debo ser un pureta.

No lo era cuando los escuché por primera vez en Disco Grande de Radio 3.

Era el año de todos milagros, 1992. Recuerdo estar metiéndome la típica sobredosis de estudio previo a los parciales y escuchar “Mi hermana pequeña”. Era una canción sorprendentemente pegadiza, aunque aún bastante amateur.

Desde ese momento me hice planetario y mi adhesión fue aumentando con Super 8, Pop, Una semana en el motor de un autobús, etc. Con los altibajos normales debido a las exploraciones sonoras que la banda ha realizado, desde mi punto de vista, unas más afortunadas que otras.

De todos sus discos, el más mítico es Una Semana en el Motor de un Autobús, que salió en 1998. Tiene grandes canciones como Segundo Premio, Cumpleaños Total o himnos para los incondicionales como Línea 1 y La Copa de Europa.

En este disco es cuando se incorpora de forma definitiva al grupo Eric Jiménez, considerado por muchos como el mejor batería español, y que es decisivo a la hora de dar una fuerza brutal a la sección rítmica, sobre todo en los directos.

La portada de Una Semana en el Motor de un Autobús es de Javier Aramburu, culpable, en el mejor de los sentidos, de muchas de las portadas de los discos de Los Planetas y de otros grupos indies españoles. En ella aparece una señal de material nocivo o irritante y en la contraportada aparecen cuatro personajes embutidos en trajes protectores asomándose a un abismo con esa misma forma. No en vano, el disco habla de elementos bastante tóxicos; las drogas, las relaciones dentro de la banda, el amor y los problemas con la discográfica.

Me encantó la edición especial del póster que sacaron para conmemorar el vigésimo aniversario del disco. Me recuerda a uno de mis personajes tóxicos favoritos, Walter White cocinando meta.

Gustavo Sánchez.