«Carapene»
C. Tangana – El Madrileño – 2021
GRUPO: C. Tangana
TÍTULO DEL ÁLBUM: El Madrileño
AÑO: 2021
PINTURA Y DISEÑO: Iván Floro
Carapene
Desde que Vynilroute se cruzó en mi camino, mi vida se ha convertido en una serie turca; eso sí, sin final feliz y sin esa capacidad que tienen los actores turcos de expresar una montaña rusa emocional con un leve gesto, yo soy más de la Academia Chuck Norris de interpretación.
El terrible destino se está cebando en mí, y, con este tamaño que me gasto, tiene para rato. Mi desdicha es aún mayor porque, como no tenemos una medida clara y unívoca de la felicidad, no nos queda más remedio que compararnos con aquellos que nos rodean y ahí salgo claramente perdiendo.
Si cuelgo en Instagram una foto de un arroz que trabajosamente he cocinado en una barbacoa que no prende bien y que me ha provocado una seria intoxicación de CO2, uno de los gerifaltes publica una imagen de un campo de arroz que ha adquirido en Tailandia, con un grano tan especial que debe ser recogido por las delicadas manos de niños menores de 4 años, en ese breve instante que transcurre entre que el sol se oculta en el horizonte y la oscuridad total. Si publico otra foto de una excursión a un monte cuya cima alcanzo sudoroso y exhausto, el otro gerifalte publica una donde se le ve pilotar el yate de C. Tangana durante la grabación de su polémico video rodeado de pibones. Una foto de bonito a la parrilla se ve contestada por un marlín de cuatro metros pescado en las costas de Florida. Una foto de una playa cántabra, por las putas Maldivas. Una carita triste cuando me entero de que el mejor jugador de la historia se va de mi equipo, por un selfi con el puto enano traidor llegando a París.
Creo que éste ha sido el peor verano de mi vida.
La cosa ya se torció en julio. Uno de mis supervisores me llamó al final de mi turno, tenía que pasarme por la oficina porque querían aclarar algunos detalles de la renovación de mi contrato. Me pidió que llevara el equipo, con lo que interpreté que mi salvaje afán recaudatorio (He llegado a multar a personas que esperaban un taxi en la zona azul de aparcamiento sin haber sacado el tique preceptivo) me iba a servir para pasar de la calle a la moqueta. Nada de eso ocurrió, más bien al contrario.
Me invitan a entrar en una sala donde me esperaban cuatro personas, mi supervisor y otras tres que luego supe que eran abogados especializados respectivamente, en derecho laboral, derecho penal y derecho constitucional. Me piden que haga entrega de mi equipo y mi ropa de trabajo, me quedo perplejo, no esperaba que me fueran a dar un traje sobre la marcha. No me lo dieron. Allí en calzoncillos, menos mal que llevaba muda limpia de esa misma mañana, me empiezan a interrogar.
¿Has comunicado en algún momento información confidencial de la empresa? ¿Has criticado en público a la empresa o a tus compañeros? ¿Has amenazado públicamente con “quemarnos el chiringuito” si no conseguías un ascenso en los próximos meses? ¿Has llamado de forma reiterada al alcalde de Madrid, que no deja de ser tu superior jerárquico, “carapene”?
Visiblemente nervioso respondí con un no a todas las preguntas, con excepción de la última, donde tuve que aclarar que nunca había llamado “carapene” al alcalde, pero quizás, sí había utilizado el apelativo cariñoso de “carapolla”.
Cuando terminé mi intervención, uno de ellos pulsó un botón en su portátil y en la pantalla que estaba a sus espaldas se empezó a ver la entrevista que me hicieron los de Vynilroute, pero en bruto, sin editar. Después de los cantos de las ballenas jorobadas habían seguido grabando y yo envalentonado por la ingesta de cerveza y lo que consideraba un éxito sin paliativos a nivel mediático, había ido soltando lindezas por mi boca.
Intenté defenderme diciendo que eso en realidad era un off-the-record y que según la Quinta Enmienda no podía ser utilizado en mi contra. Con una sonrisa en la boca, uno de los abogados me acercó un papel y me dijo que, si no firmaba la baja voluntaria en ese mismo instante, podía olvidarme de volver a trabajar en algo que no fuera limpiar culos. Firmé, me até un par de bolsas de basura alrededor de mis carnes morenas y empecé mis vacaciones.
Podría hablar ahora de algún estrepitoso fracaso musical, pero como dije al principio, medimos la felicidad en función de la de lo demás, así que, tengo que hablar, en contraposición a mi mal fario, del Rey Midas de la música española actual, C. Tangana y su disco El Madrileño.
Nunca, antes de este disco, había oído nada de C. Tangana, al menos de forma consciente. Su leyenda de estrella del trap patrio, compositor de canciones de Rosalía, tío polémico, no me llamaba la atención.
Eso fue así hasta que escuché “Tú me dejaste de querer” uno de los anticipos del disco. Una canción que usa nuestra tradición y memoria musical para crear algo distinto pero reconocible. El esquema se repite en todas las canciones del disco, colaboradores conocidos que nos llevan a un determinado estilo musical (rumba, son cubano, bachata, norteño, bossa nova) que C. Tangana maneja como si fuera su propio lenguaje musical, a veces adornado con samplers de grandes éxitos populares y a los que añade algo de su lenguaje propio. Así dicho parece algo infumable, pero es un disco que te atrapa y no paras de escucharlo.
Mis favoritas son, la ya mencionada “Tú me dejaste de querer” donde canta con La Húngara y El Niño de Elche, donde mezcla flamenco con bachata y mete un trocito de “Son ilusiones” de Los Chichos; su colaboración con Kiko Veneno en “Los Tontos”, que es una rumba tan buena como alguna de las mejores de Kiko, que ya es decir; y, “Cambia!” un corrido norteño con Carin León y Ariel Favela. Por el disco desfilan figuras como Toquinho, Eliades Ochoa, los Gipsy Kings, Jorge Drexler, Andrés Calamaro o José Feliciano y ecos que van desde Joselito a Alejandro Sanz, todo esto en la coctelera de C. Tangana y su productor Alizzz se convierte en oro puro.
Aunque cada vez que lo escucho no hago más que maldecir mi mala fortuna al ser consciente de que lo único que comparto con C. Tangana es ser madrileño; creo que deben darle una oportunidad.
Gustavo Sánchez «El Indie»
Más te vale indie…escasa pero bien merecida tienes una reputación que dignificar…todo el verano zafándome de las sugerencias de mi hijo (escúchalo mamá que te va a gustar)y vas tú a recomendarlo… acudiré a Los Secretos que siempre tienen algo apropiado para mis momentos de incertidumbre…¿Qué puedo hacer yo?
Pd:no digas que ha sido el peor verano de tu vida…todo es susceptible de empeorar
Enhorabuena, corresponsal Indie, como siempre una crónica, en dos palabras im presionante. Muy divertida y, al menos a mi, dándome a conocer música que no conocía y pienso conocer. Lo dicho sois geniales. Gracias
Indie tu crónica super divertida!!!
Mucha pena me da que tú verano haya sido regulero, piensa que entonces las estaciones venideras lo tienen fácil para portarse mejor con tu persona.
En cuanto a C. Tangana poco que añadir, me encanta su música y me lo bailo todooo
Indie enhorabuena!!! Espero tener noticias tuyas prontoooo
Superlativo el Indie, como siempre, me hace reír y es lo que más se necesita en este puñetero mundo. Por favor no dejes de escribir. Gracias Indie, gracias VinylRoute.