«El Corresponsal Indie»
The Black Keys – El Camino- 2011
GRUPO: The Black Keys
TÍTULO DEL ÁLBUM: El Camino
AÑO: 2011
El grupo
Ya tengo el alta, las recientes vacaciones me han devuelto la ilusión por el trabajo y me he reincorporado a pleno rendimiento. Hay muchas cosas que dejar cerradas antes del concierto y muchas ideas que fluyen en mi cabecita. Sin embargo, la primera idea con la que tengo que lidiar es de los gerifaltes.
Me convocan a la sala de reuniones, allí me esperan los dos. Me preguntan por mis vacaciones, les amplío un poco la información que ya os di en mi anterior crónica. Les enseño mis selfies con Putin y Lavrov, con la compañía del Teatro Bolshoi, delante de la Lubianka, con un busto de Stalin y con la momia de Lenin. Se quedan bastante impresionados.
Me preguntan por la impresión que me dio Putin, como apenas estuve un momento con él y además parecía un tanto hermético, les respondo con un “no estoy autorizado a comentar nada de mi encuentro” para salir del paso.
Entramos en materia, me proponen una idea a la que llevan tiempo dándole vueltas. Tenemos que crear un grupo que represente a VinylRoute, quieren conocer qué aportaciones puedo hacer. Creen que lo ideal es que comencemos nosotros tres (los dos gerifaltes y yo), sin descartar que en un futuro se incorpore alguien más.
Les propongo que hagamos una ampliación del concepto de The Black Keys. Se miran interrogantes. No saben quién son.
Les explico que The Black Keys son un grupo de Ohio. Solamente tiene dos componentes, Dan Auerbach (voz y guitarra) y Patrick Carney (batería). Comenzaron grabando en sótanos y produciendo su propia música antes de convertirse en iconos de la música independiente con su disco “Brothers” de 2010 y sobre todo con su álbum “El Camino” de 2011.
Son claros exponentes del sonido lo-fi y su música se mueve entre el blues rock y el garage. Les pongo en el móvil “Lonely Boy”, “Dead and Gone” y “Little Black Submarines”, se miran sorprendidos, “Son buenísimos” dice el gerifalte del batín de seda, “Sí”, respondo, podríamos hacer algo parecido incorporando un bajo u otra guitarra. “Veo dos problemas” dice el gerifalte de Murcia’s World, “Primero, cantan en inglés, nosotros por vocación y formación (vamos que no tiene ni papa de inglés) somos más de música española. No tendría sentido formar un grupo que cante en inglés. El segundo problema es que ninguno de nosotros sabe como tocar una batería, menos aún como lo hace ese pavo”.
Se me pone el rostro serio, para mí es una decepción no poder seguir los pasos de The Black Keys. Intento forzar la máquina llevándolos al absurdo, para ver si de esa forma venzo su resistencia.
“Tengo una propuesta. Convirtamos nuestro grupo en una banda homenaje al grupo español que más números unos ha tenido en su repertorio”, me miran satisfechos, “¿Mecano?”, “No”, “¿Estopa?”, “No”, ”¿ Alejandro Sanz?”, “He dicho grupo”, “¿Amaral?”, “No”, “¿El Último de la fila?”, “No”, “¿Alaska y Dinarama?”, “Ni cerca”. “¿Os rendís?”, “Sí”.
“La Década Prodigiosa. Solo cantaba números uno”, “¿Un grupo homenaje a la Década Prodigiosa, que a la vez es un grupo homenaje a la música española? Indie te vas superando”, dice el gerifalte del batín con un gesto enigmático. Mira al otro gerifalte y le pregunta: “¿Cómo coño no se nos había ocurrido antes?”. “Además ya nos dejaron hecho el repertorio, no tenemos que preocuparnos de componer. Vamos a tiro hecho, solo vamos a tocar éxitos”, añado. Por alguna extraña razón no han dicho que no, es hora de doblar la apuesta.
El gerifalte que no viste de seda se mesa los escasos cabellos y pregunta: “¿Cómo nos repartimos los instrumentos?”, “Yo, guitarra solista y voz, el indie, bajo y tú, la guitarra rítmica”, dice el gerifalte del batín. “Yo no tengo ni puta idea de tocar el bajo y creo que vuestras habilidades con la guitarra no son muy destacables, ¿Me equivoco?”, les suelto. Veo como hacen un esfuerzo supremo por no mandarme a tomar por culo, quizás me he excedido. “No te equivocas”, responden.
“En ese caso, tenemos que contratar músicos que toquen por nosotros y dedicarnos simplemente al espectáculo escénico. Tenemos que empezar desde ya con las clases de baile. En cuanto llegue a casa me pongo a la tarea con mi hija que desde infantil la tenemos apuntada a Chiquiritmo”. Los veo rojos de ira, pero no acaban de decir que no, no entiendo muy bien lo que pasa.
“¿Alguna propuesta para el nombre?”, dicen. “Lo tengo claro”, les digo, “Vamos a ser los Vinyl Vanilli”.
Ya lo sabéis el día 9 de marzo en el concierto de VinylRoute alumbraremos la banda que viene a cambiar el panorama musical español para dejarlo todo igual. Con todos ustedes, los Vinyl Vanilli, los genuinos representantes del gatopardismo.
Me partoooooo!!! Doy mi patrimonio, (que es tipo el del Sr. Ortega), por ver a los Vinyl Vanilli en acción.
Esa coreografía del Chiquiritmo suena insuperable plasmada en esos pies prodigiosos, de este nuevo grupo del panorama musical.
Inteligente medida hacer el grupo en español, mejor dejarle el inglés a The Black Keys. Está feo eso de hacer sombra a otros compañeros.
A The Black Keys lo que es de The Black Keys.
Un pregunta que me ronda, ¿los Vinyl Vanilli están de figurantes por su belleza? Recuerdo a otros Vanilli anteriores que se caracterizaba por tener unos cuerpazos y unas caras perfectas.
La duda ofende. En Men’s Health nos han definido como hombres diseñados para el pecado.
En Telva hablaban de, y cito textualmente, «cuerpos cincelados».
He de admitir que no especificaban el pecado en el primer caso, ni el escultor en el segundo. Reconozco que hay mucha diferencia entre que te cincele Miguel Ángel o te cincele Botero.
Creía que las mujeres éramos las únicas diseñadas para el pecado… así lo atestiguan algunas religiones…
Como de costumbre desternillante. Os imagino a los 3 y me da el llanto de la risa. Por favor que yo me tenga que perder esto!!!!!!!!!!