«Capitán Haddock»
Concierto Suede. Cirque Royal. Bruselas. 23 de mayo 2022.

GRUPO: Suede
LOCAL: Cirque Royal. Bruselas.
FECHA: 23 de mayo de 2022

Tenía dos entradas para el concierto de Suede pero parecía que no quería venir nadie. Y eso que no había que aguantar el calor que pasó “El Corresponsal Indie” en el festival de Madrid. Al final logré convencer a V. que se prestó a acompañarme conociendo solo hits como Trash y apenas Beautiful Ones. El concierto era en el Cirque Royal de Bruselas, que como su nombre indica es un antiguo circo permanente, ahora ya (menos mal) transformado en sala de conciertos. Por el camino le puse a V. el Coming Up a ver si por lo menos lograba tararear alguna canción durante el concierto.

Si tenía alguna duda sobre el público que asistiría se me pasó rápido. En su mayoría tenían pinta de haber escuchado el Suede o Dog Man Star cuando salieron (1993 y 1994 respectivamente) y probablemente tuvieron que llamar a una baby sitter para poder ir al concierto. También parecía haber mucho flamenco. De Flandes, claro, que de lo otro poco.

La excusa de la gira eran los 25 años (¡ya!) de su álbum de más éxito comercial, Coming up. La primera parte del concierto la cubrió entera este disco, con todos sus himnos como Trash (que mi acompañante V. pudo cantar mientras yo berreaba), She, Filmstar o Beautiful Ones. El público belga, flamenco o no, estaba entregado, en parte gracias a la labor de Brett Anderson, carismático y siempre elegante, de estricto negro y con su eterno flequillo. Anderson se lo curró y se paseó entre la audiencia en algunas de las canciones menos, en apariencia, potentes como Picnic by the Motorway. La primera parte se cerró con Saturday night, coreada al unísono con las imágenes del video de la canción en el metro de Londres de fondo.

Tras el descanso, en que V. aprovechó para regalarme una camiseta conmemorativa de un amarillo mostaza chillón, Suede volvió con un nuevo tema debut, She still leads me on, y con algunas canciones de sus últimos discos en las que bajó un puntito la intensidad del público, que volvió a subir al retomar clásicos como esa que dice que “somos los cerdos” del Dog Man Star, para mí su mejor álbum, con su toda su desmesura y drama sonoro.

Tras citar a un hijo pródigo local, Jacques Brel, Brett Anderson se marcó una impresionante versión acústica de The Wild Ones, que dedicó a su mujer al ser su aniversario de boda. Atrás quedaban los tiempos de ambigüedad sexual glam de los inicios.

Y luego Metal Mickey, Animal nitrate, So young. Y del Circo Real de Bruselas de repente aparecí en Boscombe, donde compré el álbum Suede en casete (si) allá en los tiempos pre-Brexit (por supuesto) y britpoperos (sobre todo) de los felices 90s. Decían que Boscombe era una zona peligrosa, pero tenía su pier y su frente playero y tiendas de música de ocasión. Esa cinta me acompañó en el walkman, mientras deambulaba por el sur de Inglaterra viendo pasar luces de neón desde la ventana de un bus, escuchando el falsete de Brett Anderson y los riffs de guitarra afilada de Bernard Butler. We’re so young and so gone, Let’s chase the dragon from our home. So young.

La banda cerró con el bis de Life is golden del disco The Blue hour (2018) aunque el público pedía un chute más de nostalgia.

A la salida, el barrio estaba bastante dormido y no parecía fácil seguir la fiesta. Me acordé de la pobre S. pasando allí una temporada directamente desde Sevilla. Para animar un poco a los de las camisetas amarillas chillonas, que tuvieron bastante éxito de venta, V. y yo pasamos delante del Circo con las ventanillas bajadas esparciendo Trash.

Porque somos basura, tu y yo
somos la basura sobre la brisa,
somos los amantes en las calles.