VinylRoute

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«El Corresponsal Indie»
Rammstein – Sehnsucht – 1997

GRUPO: Rammstein
TÍTULO DEL ÁLBUM: Sehnsucht
AÑO: 1997

Viaje a la Germania. Mortadelo, Ich hasse dich

La pasada semana los gerifaltes me dieron la oportunidad de ampliar mis horizontes, estaban tan liados con la preparación de la fiesta del sábado que no podían acompañar a sus familias a Berlín, un viaje que llevaban preparando desde hacía meses. Me pidieron que acompañara a sus mujeres e hijos y que les sirviera un poco de seguridad, un poco de intérprete, un poco de esclavo. Como soy un tipo más de reflexión que de acción, no me necesitaban para ayudar en los preparativos, no fuera a ser que se me ocurrieran cosas estúpidas como que los VinylRoute llevaran camisas hawaianas a la fiesta.

El miércoles por la tarde estábamos aterrizando en el aeropuerto Willy Brandt (creo que es en homenaje al actor de Alerta Cobra que tanto ha hecho por normalizar la imagen de los alemanes fuera de su país).

Yo llegaba preparado para el verano centroeuropeo donde normalmente necesitas ropa de abrigo incluso a mediodía, había visto la previsión del tiempo y todo hacía presagiar bajas temperaturas y lluvia casi todos los días.

Creo que voy a demandar por daños y perjuicios a Mario Picazo, lucía un espléndido sol y la combinación de temperatura alta y humedad desbocada convertían la capital de Alemania en una ciudad mediterránea a mediados de julio.

Lo menos abrigado que llevaba era una camiseta interior térmica y unos pantalones de trekking. Lo inadecuado de mi indumentaria, el clima terrible y los muchos kilómetros andados en busca del selfie perfecto hicieron que dedicara la mayor parte del viaje a secarme el sudor, parecía Rafa Nadal en un partido de seis horas en el Open de Australia, pero sin críos que me dieran toallas y sin bebidas colocaditas. No porque no quisiera beber, sino porque, en Alemania es más caro beber agua mineral que llenar el depósito de gasolina. Se llega al extremo absurdo de que es más barato medio litro de cerveza que medio litro de agua y a partir de ahí las sociedades entran en una crisis terrible de valores.

Las familias de los gerifaltes me piden que les lleve de la Puerta de Brandemburgo a Ku’Dam, de ahí a Postdamer Platz y vuelta hacia el Reichstag, ahora a Alexanderplatz, no, mejor vamos a Kreuzberg que es muy cuqui, llevamos más de veinte kilómetros, ellos han sufrido menos porque les he tenido que llevar de forma alternativa a caballito en algunos de los trayectos, estoy destruido pero tengo que sacar tiempo para hacer una crónica musical sobre Berlín. Podía haberla hecho sobre la etapa berlinesa de Bowie o sobre el Achtung Baby de U2, pero decidí explorar los caminos de la música electrónica, iba a entrar en Berghain, la catedral del tecno europeo, en exclusiva para VinylRoute.

En un trayecto desde Stadtmitte a Warschauwe Strasse doy esquinazo a las familias, los muslos me escuecen del sudor y el roce, soy consciente de que, entre mi atuendo y mi extraña manera de andar intentando separar mucho los muslos para evitar que se me pongan en carne viva, mis posibilidades de traspasar la puerta más exigente de Europa son escasas, pero debo intentarlo.

Llego al local, está situado en una antigua central eléctrica de Berlín Este, el portero tiene fama de ser más exigente que un interrogatorio de la Stasi, es un tipo de dos metros con la cara tatuada y dientes de oro, parece salido del mundo al revés de Stranger Things, pero con una dosis extra de mala hostia.

Me pongo a la cola que avanza a duras penas, la mayor parte son rechazados sin miramientos con un “Sorry, you’re not getting in”, parece que solamente entran tipos tatuados y vestidos de negro de arriba abajo. Llega mi turno, el tipo me mira de arriba abajo y me levanta la mano, corro escocido, en sentido literal y figurado, hacia el final de la cola. Me siento en el suelo y medito una nueva estrategia, entre el cansancio y el esfuerzo intelectual pierdo la presencia de ánimo. Me despierto y veo que alrededor de mí hay un corro de gente que me señala y se ríe, no entiendo muy bien que pasa, pero decido apartarles y dirigirme de nuevo al portero. Esta vez me preparo un discurso sobre que no se debe matar la ilusión de la gente, que hay que ser tolerante con los diferentes. Vuelvo a estar delante del portero, me mira, sonríe enseñando los dientes de oro y me dice: “Now you are right”, sus compañeros están desencajados de la risa. Sigo sin saber que pasa, pero las puertas del cielo electrónico se abren para mí y esa bestia parda es mi San Pedro, hago un amago de abrazarle y hace él otro de romperme en dos, me escabullo hacia la entrada. Apenas hay luz, se oye atronadora Du Hast de Ramnstein, entro al baño para beber agua, veo algo en el espejo que me llama la atención, algún hijo de puta aprovechando que me he quedado traspuesto, me ha pintado una polla y dos huevos que ocupan parte de mi cara y mi calva. Me han hecho un Mortadelo de libro, ahora entiendo las risas y que el puerta me haya dejado pasar; parece un tatuaje, el pintor espontáneo se ha esmerado y a los genitales no les falta detalle.

Estoy intentando, con poco éxito, borrarlo cuando me suena el móvil, es el gerifalte del batín de seda. Antes de que pueda decir nada me espeta: “¿Dónde cojones te has metido? Nuestras familias están atrincheradas en un kebab del barrio turco, ya puedes dejar lo que estés haciendo y vete echando hostias para allá”.

Salgo andando cabizbajo mientras Ramnstein grita: “Du, Du hast, Du hast mich” (Tú, tú odias, tú me odias).

2 thoughts on “«El Corresponsal Indie»
Rammstein – Sehnsucht – 1997

  1. Eres increíble Indie, no puedo reírme más. Y encima hablas del grupo que más le gusta a «mi amiga». Creo que te perdiste un concierto increíble. Dale caña Indie.

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