“Melodía interna versus melodía adquirida”
Los toreros muertos – 30 años de éxitos – 1986
GRUPO: Los toreros muertos
TÍTULO DEL ÁLBUM: 30 años de éxitos
AÑO: 1986
Hace unos meses, en estas mismas páginas, desgrané mi teoría que hipotetiza que todos nacemos con una melodía interna impresa en nuestros genes. De ahí que cuando oímos una canción que nos llega es porque se parece a esa musiquilla primigenia que desde que el universo lo es marca nuestros ritmos. Porque sí, el universo, desde el Big Bang, es una sinfonía de latidos y pulsos de todo tipo y nosotros -que no somos más que polvo de estrellas- como parte ínfima de lo más grande, repetimos esa melodía con nuestra frecuencia cardiaca, la de nuestra respiración o regenerando células.
He de decir que tengo muchas teorías. Desde que es mejor un buen culo que unos buenos pechos (siempre le puedes colocar unos pezones de plastilina en las nalgas y tirar millas…) a que yo no sudo si no que de puro sensible y romántico me lloran las axilas.
Fuera aparte, sí, estoy convencido: todos nacemos con una melodía interna. Lo que no quiere decir que a lo largo de la vida vayamos adquiriendo otras “sintonías”. ¿Quién es capaz de entrar en Mercadona sin que reverbere en la cabeza el mercadoooona? ¿Quién es capaz de mirar a la sede del PP sin que le asalte el chachán, chachán, cha cha cha chachán ya sea a ritmo de bachata, música disco o aflamencado?
Pues bien, hace ya muchos años adquirí, sin pretenderlo, otra melodía que me acompaña cada vez que abro la puerta del baño de cualquier garito por la noche. Sí, es Mi agüita amarilla, la genialidad que se sacó de la manga Pablo Carbonell con Los toreros muertos allá por 1986.
Lo tengo que reconocer: me es imposible orinar de noche en un bar sin tararear ese himno ecológico del ciclo del agua.
Veo mi agüita amarilla y me la imagino en su devenir por las conducciones sanitarias. Veo como se la beben las vaquitas, como juega con los calamares y como vuelve a la atmósfera para mojar a tus padres o lavar tu vajilla.
La canción es redonda y ha penetrado hasta el tuétano de los imaginarios colectivos masculinos y nos acompaña cada vez que vamos al water.
Poco más que decir. Si acaso, que creo que voy a beber más de 40 cervezas hoy…
PD: Mañana entrevista con Pablo Carbonell en Vinylroute.
Genial la crónica jajajaja. Y deseando reavivar al «pirao» de Pablo Carbonell. Yo tengo un conocido que también colaboró con los Toreros Muertos, Alberto Moraga, y luego estuvo en Restos que surgió de las cenizas de Mamá con éste, Fernando Illán (también le conozco pero menos), Chema y, obviamente, José María Granados. Hala ahí dejo eso.