«La Corresponsal Reina Madre»
Paul Anka – Esta noche mi amor – 1961

GRUPO: Paul Anka
TÍTULO DEL ÁLBUM: Esta noche mi amor
AÑO: 1961

Son muchos los vinilos en los que yo puedo pensar que me evocan agradables recuerdos de mi adolescencia y primera juventud, y que al oír su música desencadenan en mi interior reacciones muy diversas: relajación, alegría, serenidad, o carne de gallina, pero también tristeza que a veces desemboca en llanto. En parte por recuerdo de otros tiempos y de amistades pasadas o, más bien, enfriadas y, en parte y, sobre todo, por la música en sí, a la cual mi sistema límbico es muy sensible.

Entre todos esos discos que tanto me gustaban elijo uno de Paul Anka. Es un disco pequeño, de 45 rpm con cuatro canciones de las que destaco “Esta noche mi amor”, Tonight  my  love, tonight era su título original. Pertenecía a la pequeña colección familiar que hace unos años me encargué de recopilar y ordenar, llevándome la sorpresa de que muchas de las fundas estaban vacías, no tenían disco dentro. y es que los llevábamos a los guateques, algunos de ellos por los que pasaba mucha gente, y los descuidábamos. De éste precisamente se conserva la carátula y su contenido, y siempre al verlo, me venía el recuerdo de un amigo de aquellos tiempos al que   le encantaba la entrada que hacía Paul Anka  en la canción, y exclamaba: “¡Cómo entra!, ¡Sin música ni nada! Al oirlo de nuevo con atención, compruebo que la entrada es tan solo un instante, pero lo suficiente para que a él le entusiasmase.

Mi amigo vivía con su familia en la capital, donde estudiaba, y pasaba las vacaciones en el pueblo, igual que otros de la pandilla.

Mi amigo tenía una hermana, también de la pandilla, lo que permitía que, a edades todavía tempranas, cuando niños y niñas jugaban por separado, coincidiésemos con frecuencia en su casa. Era una casa grande en la que nos desparramábamos a menudo para jugar a todo tipo de juegos. Tenían cosas realmente apetecibles que compartían con nosotros.

• El Palé, juego equivalente al Monopoly que ahora está al alcance de casi todos los niños pero, por aquel entonces, conocíamos dos únicos en nuestro pueblo. Jugábamos con verdadera fruición, disfrutando mucho cuando ganábamos porque teníamos la sensación de que nos enriquecíamos de verdad. Allí conocimos las calles de Madrid y cuando fuimos a la capital pudimos comprobar la categoría de cada calle establecida en el juego. Todavía recuerdo alguna que nunca pudimos encontrar, como Santa Engracia, que había cambiado su nombre por García Morato.
• El columpio. Nos columpiábamos por riguroso orden, con tiempo cronometrado, pero ¡Cómo nos gustaba y cómo lo pasábamos de bien!
• Tenía la casa unas dependencias más allá del patio donde celebramos la primera Noche Vieja, por supuesto, sin baile, solo juegos… ¿Algo atrevidos ? ¡Qué va! nada de nada. Yo tenía entonces 14 años.
• A mi amigo le gustaba mucho la música ligera, bailable, la de guateque, y tenía muchos discos. Fue el pionero en traernos la música que se oía más allá de nuestras fronteras: música anglosajona, italiana… Y también española, le gustaba mucho “Luna de Miel”, de Gloria Lasso.

Tenían una tía que adoraba a sus sobrinos y en su casa pasábamos muchas mañanas oyendo música y bailando aquellos “Grandes Bulevares” con temas variados que Aimable con su acordeón hacía que fuesen piezas únicas, solo las niñas, y hasta hacíamos nuestros pinitos en el difícil rock and roll de los 50.

Mi amigo ya ha cumplido los 80, y ahora está en una silla de ruedas.