“Puta… ¡me has destrozado la vida!”
Alex O’Dogherty y La Bizarrería– Vuela mi voz – 2022

GRUPO: Alex O’Dogherty y La Bizarrería
TÍTULO DEL ÁLBUM: Vuela mi voz
AÑO: 2022

Conocía a O,Dogherty de Camera café, por su papel como Arturo Cañas -el chófer encarado que se desabotona los puños de la camisa para arrear al “canijo”-. Me encantaba su personaje. Bueno, si por algo destacaba esta serie era por la excelencia de todo el elenco que daba forma a una loca oficina vista desde la perspectiva de su máquina de café.

Unos años después, me encontré en El Club de la comedia con “arturocañas” en un desternillante monólogo sobre lo que sentía tras haber sido dejado por su pareja. Ejemplificaba su madurez y comprensión de su nueva situación con unas cuantas reflexiones hasta que cogió un ukelele para cantar el tema que había compuesto inspirado en esta ruptura. La canción llevaba por título: Puta… me has destrozado la vida.

Tras las risas, llegaron mis conclusiones: O’Dogherty sabía tocar el ukelele y tenía una voz, cuando menos, notable.

Me puse a brujulear por la red y descubrí que, además de un gran actor, era músico y tenía discos editados con La banda de la María y, posteriormente, con La Bizarrería.
Cogí mis auriculares y me puse a la labor; quería saber cómo se desenvolvía este actor delante de otro tipo de micrófono. ¡A fe mía que lo suyo no era solo actuar! El gaditano era también un gran compositor, multi instrumentista y un cantante de gran personalidad.

En la entrevista que podéis ver mañana os vais a encontrar a una persona con una carrera musical tan larga como la de actor, nada mal encarado, de humor ácido y un gran bagaje sobre el que podríamos haber charlado mucho más tiempo.

El que fuera y sigue siendo maestro de ceremonias en The hole nos presentó en acústico un par de temas.  El segundo, Vuela mi voz, da título a su recién estrenado sencillo que, de nuevo, comparte con La Bizarrería. La canción es redonda y si llegara hasta donde en buena ley debería, se tendría que convertir en un auténtico pelotazo. O’Dogherty pulsa unas teclas que hasta ahora no había tocado, otorgando al tema un aire de pop fresco, pegadizo en la primera escucha, vestido con una letra que sin demagogias ni clichés no es otra cosa que un canto a la libertad de expresión. Libertad, por cierto, en franco retroceso en este mundo pacato, hortera y tan políticamente correcto que empieza a dar asco.