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«Cuando Paul Simon viajó a Sudáfrica»
Paul Simon – Graceland – 1986

GRUPO: Paul Simon
TÍTULO DEL ÁLBUM: Graceland
AÑO: 1986

Mi primer vinilo -ya lo he contado aquí- fue un recopilatorio: The Simon and Garfunkel Collection. Corría 1981 y yo iba detrás a mis 14 años. Creo recordar que lo compré en Navidad y que lo anunciaban en televisión.

Un total de 17 temas, 15 de ellos, temazos; nunca pude ni con El cóndor pasa (tal vez porque mi padre -amante de la música sudamericana- tenía un montón de versiones superiores a las de los neoyorquinos) ni con Sacarborough fair, demasiado medieval para mi gusto.

Para mi solaz, como si lo hubieran hecho por mí, un año después editaban el doble en directo grabado en Central Park. También me lo compré y creo -cuestiones sentimentales aparte- que es el mejor disco en vivo que tengo.

Con el tiempo, fui adquiriendo toda la discografía del dúo y me acerqué, también, al trabajo de Paul Simon en solitario.

Tan solo un par de años después, en 1983, apareció Hearts and bones, un buen título para un disco que me dejó frío.

Hete aquí que el amigo Paul se fue a recargar pilas e inspiración a Sudáfrica. La jugada le salió redonda. Contactó con grandes bandas y solistas locales y dio forma a un trabajo que regularmente aparece en las listas de los mejores discos de la historia del pop.

Y es que tan loable como las composiciones y el acompañamiento de más de una decena de variopintos músicos (la mayoría sudafricanos) otro punto a destacar es la cuidadísima producción del propio Paul Simon.

Por si fuera poco, el disco se llevó un par de Grammys, vendió 15 millones de copias y relanzó la carrera de este icono mundial de la música que, hasta ese momento, estaba en caída libre.

El vinilo no tiene desperdicio y aunque las influencias sudafricanas marcan su escucha, es tan ecléctico que en su segundo corte, con la canción que da título al álbum, nos encontramos con un tema de reminiscencias countries en el que se hace acompañar por The Everly Brothers.

Da igual esta licencia -Graceland es un temazo-, el disco es una continua sucesión de inmensas canciones que, además, dieron visibilidad a la música que se hacía por esas latitudes y que puso en el mapa a muchos músicos locales que siguen sin saber cómo agradecer los que Simon hizo, involuntariamente, por ellos. The boy in the bubble, I know what I know, Gumboots, Diamonds on the soles of her shoes acompañaban a Graceland en la primera cara y todas son imprescindibles, pero es que la segunda abre con You can call me Al que sonaba hasta en las discotecas… algo que Simon, con o sin Garfunkel, jamás se habría atrevido a soñar.

Under African skies, con Linda Rostandt, Homeless, Crazy love, That was your mother y All around the world or the myth of fingerprints (con o de Los Lobos) completan tamaña obra de arte que el autor -no sé si definitivamente retirado- no ha vuelto a repetir.

Es, sin duda, el mejor álbum en solitario del que fuera marido de la princesa Leia Organa. Pero también estaría entre mis preferidos aún contando con Garfunkel de partenaire.

Quizá nací viejuno, pues mi primer disco fue el que fue (que de tan escuchado está casi transparente), pero no me arrepiento. Ahora me gusta música de bandas más cañeras que las que le gustan a mi hija. Hija, a la que por cierto, le voy a pinchar el Graceland y como no le guste, ya se puede ir buscando otra casa en la que vivir…

2 thoughts on “«Cuando Paul Simon viajó a Sudáfrica»
Paul Simon – Graceland – 1986

  1. De acuerdo contigo, son inconmensurables. Yo los conocí gracias al que hoy es mi marido, era uno de sus favoritos y aunque yo siempre he sido más de cantautores españoles, me sé muchas de sus letras. El disco de Graceland, para mí, sigue sonando un poco a los dos, a pesar de las raíces africanas. Gran crónica

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