«Capitán Haddock»
Los Planetas – Super 8 – 1994

GRUPO: Los Planetas
TÍTULO DEL ÁLBUM: Super 8
AÑO: 1994
DISEÑO DE LA PORTADA: Javier Aramburu

Este disco es fondo de armario discográfico obligado para toda una generación. Fondo de armario y casi la bandera de algo grande que estaba pasando. La bandera, pop y colorida, de un momento de gran efervescencia musical. ¿Y es que dónde estabas tú en el 94?

Las antenas de Radio 3 ardían como un hervidero con una cantidad de nuevos grupos que se multiplicaban como champiñones. Era difícil seguir tanta creatividad, con nuevas bandas que descubrías casi a diario, desde todos los rincones de la geografía española pasando de Gijón a Mallorca, de Guecho a Donosti y parando en lugares tan poco habituales como Bollullos de la Mitación. Y por supuesto la Granada, Graná, de Los Planetas.

Esa Granada a la que queríamos peregrinar para ir al bar Amador, imaginando no sé qué tipo de lugar de culto indie donde tomar unas alhambras frescas y vociferar, con más euforia que pena: “qué puedo hacer si después de tanto tiempo no te dejo de querer”.

Vivíamos en un torbellino musical, casi como el de la portada naif del Super 8, en el que se encuentra valiente ese playmobil pop armado con una guitarra. Portada de Javier Aramburu, voz de Family, por cierto. Recuerdo pasar el álbum por la facultad entre amigos que parecían vivir en Seattle. Gustó mucho, pero me decían que en ese torbellino no se oía bien la voz de J. Creo que de eso se trataba, en parte.

El disco es un trip planetario lleno de energía, frescura y sentimiento. Y el maravilloso “ruido” no debe ocultar las historias personales de las canciones, rebosantes de emoción. Los 10 temas son buenísimos, despegando con un inicio avasallador con De viaje y Qué puedo hacer. En su momento, Jesús era quizás mi canción favorita, desde el ¡oye! inicial pasando a esa buena dosis de ritmo y noise, y un fondo más enigmático bañado en frustraciones juveniles (“porque en mi vida he fracasado, una y otra vez, una y otra vez”).

Brigitte es preciosa con su pop resplandeciente que canta al desamor. ¿Y que me decís de Rey Sombra con sus mandalas guitarrísticos en justa simbiosis con la melodía y esa paradinha final: “no podrás obligarme a salir” antes de reprender “otra vez”?

Mantenían el altísimo nivel las canciones del EP Nuevas sensaciones que vino luego y que más tarde se editó con el Super 8. El tema que le daba título, con su invitación a la experimentación, derrama energía y buen rollo a chorros. Y luego está La casa, con aquella letra que llevo tatuada: “venías a casa sin hacer ruido y te acurrucabas en la cama junto a mí, junto a mí”.

Justo en esa época fuimos a ver a Los Planetas tocar en un garito oscuro en una pequeña localidad cerca de una capital de provincia cualquiera. Fue un muy buen concierto. Era uno de estos espectáculos en que los músicos están al lado tuyo, casi a tu altura, y entre canción y canción puedes pedirles la que te gusta casi susurrando en el oído. Por supuesto sin que te hagan caso, como debe ser. Nada que ver con otras veces en que los he visto ya subidos a grandes escenarios como las estrellas planetarias que son (y ahora con un biopic en las pantallas).

Tras el concierto, estuvimos felicitándoles y hablando brevemente con ellos. Estaba todavía la bajista May Oliver, que tocó de espaldas al público. Recuerdo que uno de mis acompañantes, de manera entre inocente y descarada, le preguntó por qué, creo que añadiendo algo así como “con lo guapa que eres”.

Era, queridos amigos vinylrouteros, el año 1994.