“Viaje al Sur”
Kiko Veneno – Échate un cantecito – 1992
GRUPO: Kiko Veneno
TÍTULO DEL ÁLBUM: Échate un cantecito
AÑO: 1992
Viaje al Sur
Mi primer viaje al Sur fue en 1992. Durante muchos años para mí España terminaba en la provincia de Toledo. Cuando eres niño vas donde te llevan tus padres y el universo de los míos limitaba al norte con Valladolid, al sur con Toledo, al este con Alicante y al oeste con Móstoles.
Cuando era ya capaz de viajar por mi cuenta no tenía dinero suficiente para hacerlo, así que, en ese año mientras media España viajaba a Sevilla a la Expo o a Barcelona a los Juegos Olímpicos, yo continuaba constreñido a un espacio físico bastante más pequeño, que tenía como centros, una fábrica en el Polígono de las Mercedes de Madrid y un pequeño pueblo de Toledo al que iba los fines de semana.
Mi primer viaje al Sur lo hice con Kiko Veneno y con Échate un cantecito.
La forma en que Kiko relata en ese disco la realidad que le rodea, conseguía trasladarme a Triana, a Jerez de la Frontera, a Cádiz. Sitios en los que yo nunca había estado pero que gracias a su música empezaron a formar parte de mi mapa del mundo.
Solamente por Volando voy, una de las canciones más recordadas de la Leyenda del Tiempo de Camarón de la Isla, Kiko Veneno ya podría haber pasado a la historia de la música.
Su carrera no se quedó ahí, fue parte del mítico grupo Veneno junto con los hermanos Amador y posteriormente inició una carrera en solitario. Sin embargo, en los años ochenta no consigue arrancar del todo bien y tiene que compaginar otras actividades con una música de la que no es capaz de vivir, planteándose incluso, dejar de componer.
Según parece, fue Santiago Auserón el que le dio el empujón anímico para que en 1992 publicara Échate un cantecito, que supuso un gran éxito comercial y es una colección de canciones que, como decía, al menos a mí, me evocan la cotidianidad del sur.
Es un disco de personajes y de amor. Personajes como Joselito, ese borrachín que cantaba bien cuando era niño y que, de mayor, ya sin la voz prodigiosa de antes, sigue yendo de bar en bar cantando coplas. Personajes como el gitano que compra papel albal para hacerse unos chinos de En un Mercedes blanco que retrata la realidad del barrio sevillano de Las 3.000 Viviendas. Amor como el de Te echo de menos, que trata, sobre todo, de la nostalgia por el amor perdido, pero no llega a la nostalgia desde la grandilocuencia romántica sino desde los detalles más mundanos. Personajes y amor como el Lobo López que se encuentra con una antigua novia y solo es capaz de hablar del tiempo, no es capaz decirle que la echa de menos y que ya es un lobo bueno.
Tiempo después ya pude viajar al sur y viví aquello a lo que Kiko cantaba. En aquel momento a la cinta de Échate un cantecito ya se le habían arrancado los cachitos de hierro y de cromo de tanto escucharla.
Siempre que pienso en Kiko Veneno viene a mi cabeza caracterizado como Frankenstein en «La bola de cristal»… su música me lleva a un mundo diferente
Muy buena la crónica y genial el sentimiento de viajar al sur con las canciones de este artista. Yo amo el sur y todo lo le rodea.
Kiko veneno y el sur están íntimamente ligados.
Las canciones de este artista nos cuentan un montón de historias dignas de escuchar.
La crónica genial!!
Es un disco irrepetible… Su continuación natural fue «Está Muy Bien Eso Del Cariño» en el 95 (Casi que para mí ambos podrían constituir un único álbum doble ☺).
Y más recientemente, el álbum «Dice La Gente», mi favorito junto con los dos anteriores.
Por cierto, disculpa la corrección, si no me equivoco, el «Joselito» de la canción no habla del «Pequeño Ruiseñor», si no de un marinero de Conil llamado José Marín Rodríguez (https://www.elmundo.es/cultura/musica/2017/07/27/5979040422601df73f8b4620.html)
Bueno, aprovecho esto último para realizar un poco de spam e invitaros a escuchar mi versión 🙂🌺
Gracias por el artículo, un cordial saludo!
Gracias por tus comentarios, Jon Ander. Es cierto que la canción no se refiere al Pequeño Ruiseñor, nosotros tampoco nos referíamos al famoso Joselito, pero la historia es parecida. Es el marinero que comentas, un buen cantaor de joven al que la mala vida le estropea (no solo la voz) y se dedica a ir de bar en bar cantando y esperando alguna que otra invitación. Curiosamente comparte nombre, y, de alguna manera, «trayectoria» con el famoso Joselito.