«Vender y cantar»
Viva Suecia – La voz del presidente – 2021
GRUPO: Viva Suecia
TÍTULO DEL ÁLBUM: La voz del presidente
AÑO: 2021
Cuando algo te gusta inviertes en ello. El ciclismo se ha puesto de moda y no dejas de ver tipos que intentan emular a Indurain, Pantani o Marino Lejarreta, pero de los que te llegan de Aliespres. Tunean sus barrigas con maillots profesionales, bicicletas de miles de euros y cascos de dudoso gusto.
A mi me ha dado por vicios caros, pisos en la costa murciana. Hace 15 años empezó todo. Apartamento recogido, con una excelente ubicación en una comunidad de vecinos poblada de murcianos. El paraíso.
Aquí he pasado los mejores veranos de mi vida en compañía de la familia y de esos tipos afables, sinceros, generosos y divertidos hasta la extenuación. Con más detalles que un coche coreano, como diría mi amigo Daniel, son capaces de hacerte vivir situaciones memorables. Tengo anécdotas interminables, pero esto es una web de música y voy a contaros la última que encaja a la perfección.
Los pequeños crecieron y el pequeño apartamento se convirtió en lata de sardinas. No había remedio, había que invertir en una residencia veraniega de mayor tamaño. Eso fue la parte fácil, la parte siempre ponzoñosa es la de la venta de un inmueble. Anunció en web, cartel en terraza y recepción de innumerables llamadas a deshora, poco después… llamó ella. Resultó ser la desconocida vecina de al lado que compró su vivienda hace unos meses. ¿Natural de?, Bélgica. Apenas hablaba español y a duras penas conseguí interpretar que le interesaba mi casa. Utilizando recursos de mal comprador habló de un supuesto hermano que vendría en breve, de una amiga finlandesa, de su tercera residencia en Egipto y de poner un negocio de chocolate con naranja. La conversación fue tan caótica que nos emplazamos a vernos personalmente al día siguiente.
Horas antes de la cita pensé en hacerme acompañar de algún francófono, pero no encontré ninguno entre la fauna murciana. A las bravas, no sin cierto desasosiego, me planté en el piso a esperar la visita. Llamaron a la puerta y apareció la vecina acompañada de un hombre, ambos de una edad cercana a la jubilación. Sonriente ella y él con gesto serio se arrancaron con algo que supuse un saludo. Inspeccionaron el apartamento con tranquilidad mientras fotografiaban cada estancia mostrando su aprobación. Llegamos a la terraza y todo comenzó a enrarecerse cuando me pidieron que posara en una de las fotografías. Instantes después, la simpática vecina-compradora me preguntó por mi profesión, a lo que la respondí que estaba ante uno de los gerifaltes de VinylRoute. Mi respuesta no fue interpretada correctamente seguro, pero vi con claridad que tampoco importaba nada. Acto seguido, sin mediar palabra, aspiró todo el oxígeno posible y comenzó a cantar La Traviata de Verdi, a pleno pulmón, apoyada en la barandilla mirando hacia el mar. Cuatro o cinco minutos después, dejó de cantar y todas las personas de la playa y el paseo comenzaron a vitorear la actuación. La soprano se “engoriló” y se arrancó con otro tema, no sabía cómo actuar y mi desasosiego iba en aumento. Tras acabar su tercer tema, entre el éxtasis colectivo, volvió en sí, me miró y preguntó si yo también cantaba algo ya que desconfiaba de las personas que carecían de talento musical.
A la desesperada fingí un dolor de tripa y me encerré en el cuarto de baño. Tuve que actuar rápidamente y marqué el teléfono de Rafa Val, cantante de Viva Suecia, mi grupo indie preferido por estas tierras. Le expuse mi situación y me propuso una solución desesperada que podría funcionar.
Al salir del baño, mi vecina me miró de forma inquisitiva esperando una respuesta a la pregunta realizada antes de mi paso por el aseo. La miré fijamente y con toda la seguridad que me fue posible la dije: “toco las maracas en un grupo de música indie llamado Viva Suecia”. ¡Con dos cojones!.
Mi vecina cerró el acuerdo, “me quedo con la casa, firmamos la reserva cuando vea una actuación tuya con tu grupo”.
Y aquí nos encontramos, esperando la llamada de Rafa para tocarnos algún tema en la terraza con el grupo y poder cerrar el acuerdo de compraventa. Aprovecharemos para hacerles una entrevista y ayudarles con la promoción de “La voz del presidente”, su nuevo tema en vinilo de 7’’, pero primero tienen que sacarme de este atolladero en el que me encuentro.
(Todo lo anterior está basado en hechos reales).
Ignoro cómo sería mi existencia sin éstas situaciones surrealistas…viva Suecia y viva Yecla!!! homenaje a Lola
Ansiosa de ver como termina la cosa con los Viva Suecia. Muy buena historia!!!
Jajajaja vuelvo a reírme como una loca. Los de VinylRoute estáis como cabras, pero que bien me lo habéis pasar. No sabía que había crónicas, creí que seguíais de vacaciones. Gracias, como siempre.
Ante esta situación de compra y venta y la actuación magistral de semejante vecina y posible clienta ( lírica), solo puedo añadir dos cosas: situaciones semejantes solo pueden producirse entre una belga y un español. El resultado inesperado fue la llegada de un familiar que apareció con las «pelas» contantes y donantes y dice: “este apartamento es pa mi”.
Caso resuelto💪😄👌 ¡toma ya!, eso si con el consiguiente disgusto de la soprano, que mucha voz, pero sin «cuartos».
Viva España!.