¡¡Na na na na na… voy a Benidorm!!
Los Nikis – La hormigonera asesina – 1989
GRUPO: Los Nikis
TÍTULO DEL ÁLBUM: La hormigonera asesina
AÑO: 1989
FOTOGRAFÍA: Rafa Álvarez
No habíamos salido del término del poblado de Sancti Petri rumbo a Mazarrón, cuando recibimos la llamada de Jimena. Leonardo, diligentemente, nos la pasó a la trasera del Maybach.
– Hey, chicos… Un operario del velero, un fucking marinero, nos ha estropeado el plan. Se ha contagiado de COVID y no podemos salir, ni nadie puede embarcar, en diez días.
Ojiplático, miré a Mireia. Estaba shockeado. No era capaz de articular palabra. Fue Mireia la que tuvo que responder a Jimena.
– Pero ¿qué vamos a hacer nosotros? Hemos dejado la villa hace menos de media hora y hasta dentro de cinco días no entramos en el Luxury Spa de Biarritz.
– Jolines, chicos, es que no se puede confiar en la clase obrera. El marinero ya está despedido y le tenemos durmiendo al raso en la proa, pero el práctico de Mazarrón ha sido superborde y tajante. En Mahón o en Banus seguro que habrían sido más comprensivos, pero ¡qué se puede esperar de un murciano! Pelayo y yo estamos desesperados…
Nos despedimos de Jimena y, sin saber qué hacer, le pregunte a Leonardo por las llamadas que hubiéramos podido tener desde que subimos al Maybach. Leonardo, solícito, me respondió.
– 37 llamadas perdidas y 41 mensajes de WhatsApp del corresponsal Indie.
– Recuérdame que le prohíba utilizar mi móvil personal y que, a partir de ahora, se comunique solo con Recursos Humanos. Bloquéale, por favor, pero antes mándale una carita muy enfadada.
Leonardo se llevó un dedo a la gorra en señal de asentimiento. Y preguntó.
– Señor ¿ya no vamos a Mazarrón?
– No, Leonardo. Para en la cuneta. Necesitamos pensar. Pon Radio María, a ver si ayuda en algo.
La emisora no se sintonizaba bien y Leonardo se puso a trastear con el dial. Buscando, buscando sonó una canción.
¡¡Na na na na na na na na na voy a Benidorm!! ¡¡Na na na na na na na na na voy a Benidorm!! Voy, voy, voy a Benidorm. La letra era hipnótica y la música me brindó la misma tranquilidad que mis orfidalitos.
¡¡Na na na na na na na na na voy a Benidorm!! ¡¡Na na na na na na na na na voy a Benidorm!! Voy, voy, voy a Benidorm.
Le pedí a Leonardo que se bajará la canción y la pusiera de nuevo. Una y otra vez. Veinte minutos después miré a Mireia y le pregunté.
– ¿Estás pensado lo mismo que yo?
– ¿Que hay que deshacerse del corresponsal Indie?
– No, mi amor. Bueno, sí. Eso también. Me refería –dudé- a si te apetecería conocer el wild side de las vacaciones de verano. Y si le decimos a Leonardo que se dirija a Benidorm y durante cuatro días conocemos como veranea la otra mitad…
Mireia se miró las uñas, se recolocó el anillo de los Trastamara y me dijo.
– Mi amor, lo que tú quieras.
Cerré los ojos y con un tono más alto y agudo del que me habría gustado le espeté a Leonardo: ¡A Benidorm! No supe interpretar la cara de Leonardo, entre asombrado, divertido y… no sé muy bien, pero busco la dirección en el navegador y respondió: En seis horas y media estamos allí. Y durante seis horas y media oímos ¡¡Na na na na na na na na na voy a Benidorm!! ¡¡Na na na na na na na na na voy a Benidorm!! Voy, voy, voy a Benidorm.
Seis horas y veinticinco minutos después nos sorprendió el skyline del Nueva York del levante español. Bajamos las ventanillas del Maybach y mirábamos hacia arriba buscando el edificio más alto. Era divertido.
Empezamos por los hoteles de cinco estrellas. Leonardo se bajaba y solicitaba habitación. La respuesta: Estamos completos. Así fuimos bajando a cuatro, a tres a dos y a una estrella, pero la respuesta era idéntica.
Al final encontramos esta solución habitacional.
Disfrutamos mucho mezclándonos con la clase proletaria. Hasta asumimos sus formas. Guardo con cariño una camiseta de tirantes con un I love Benidorm y toda clase de imanes para nuestro frigorífico de cuatro puertas. Es más, me pareció ver al corresponsal Indie espatarrado en un inmenso flamenco hinchable. Le llamé, le grité, le hice gestos con los brazos, pero el solo parecía atender a las litronas que llevaba en una nevera anexa a su navegable. Me dio envidia.
Morenos como el tizón, hartos de mojitos en vaso de plástico y perritos calientes, partimos satisfechos hacia Biarritz. Leonardo que se alojó en la casa de un primo suyo, nada más subirnos al Maybach, todavía con arena en los pies, puso otra canción del mismo grupo, creo que se llamaban Los polos y el estribillo decía: ¡No vuelvo a ir a Benidorm!
https://vinylroute.com/2021/06/24/entrevistamos-a-joaquin-rodriguez-los-nikis/
Alimentando las fake news. Vosotros no tocáis un pobre ni con un palo.
Lo único increíble de la historia es que no lograrán sintonizar Radio María…
Lograran…el corrector disruptor
Eso ya no son crónicas de un disco son auténticos microrrelatos. Estáis como cabras, pero me divertís un montón. Jajajaja
Insuperable la crónica!!!
Ha sido como una pequeña novela, con su planteamiento, su nudo y por supuesto su desenlace.
Eso de juntarse con la plebe vinylroute, no ha estado nada mal.
Viva Benidorm,!!! ciudad infravalorada y sobre todo escasa de público.
Las canciones de Los nikis, vive Dios que me dan mucha marcha.
Na na na yo también voy a Benidorm!!!