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«Lazarus, la resurrección final de Bowie»
David Bowie – Lazarus – 2015

GRUPO: David Bowie
TÍTULO DEL ÁLBUM:
Lazarus
AÑO: 
2015

«Lazarus», la resurrección final de Bowie

Hay canciones que suenan a despedida, y hay despedidas que suenan a eternidad. «Lazarus», la penúltima palabra de David Bowie antes de su desaparición física no es sólo una canción: es un testamento sonoro, un epitafio de terciopelo negro que se desliza entre el jazz, el rock y el lamento. En esta canción que va acompañada de videoclip, dirigido por Johan Renck, Bowie reflexiona sobre la vida, la muerte y la trascendencia, especialmente relevante ya que fue lanzada poco antes de su fallecimiento. El tema forma parte de su álbum Blackstar y ha sido interpretado como un «auto-epitafio» del artista.

En el video, publicado apenas tres días antes de su muerte, Bowie toma prestado el nombre del personaje bíblico que Jesús resucitó, pero no para hablar de un milagro literal, sino para dibujar la resurrección más compleja: la del alma a través del arte.

El productor de Bowie, Tony Visconti, comentó en su momento que la letra y el video de “Lazarus” se supervisaron con la intención de convertirse en una en una despedida, un último mensaje sobre la propia muerte inminente de Bowie. “Look up here, I’m in heaven” («Mira aquí arriba, estoy en el cielo») canta Bowie con voz espectral, casi liberada ya del cuerpo. No hay dramatismo. Sólo aceptación. No hay desesperación. Sólo un guiño final, como quien se retira de escena sabiendo que ha dejado la función en lo más alto. “You know. I’ll be free” («Sabes que seré libre»).

Musicalmente, la canción es oscura, elegante, con un saxo que se retuerce como un alma vieja y una base que recuerda a un lamento ritual. Bowie convierte su propia muerte (que le fue anunciada por su enfermedad irreversible) en una performance. No pide que lo lloren: nos ofrece el privilegio de acompañarlo en su tránsito. Como Lázaro, Bowie regresa una vez más. No desde la tumba, sino desde el arte. Y esta vez no necesita milagro.

«Lazarus» no es rock, ni jazz, ni pop. Es David Bowie inventando una vez más su propio género: el de los que se van dejando luz en cada sombra.

Para más información pueden consultar con el capellán de VinylRoute.

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